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Una industria con fortalezas

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La actividad está compuesta casi en su totalidad por pymes y exhibe una baja concentración. De sector sensible a producción con cierta solidez regional.

 

Empleo. La cadena contempla 6.500 empresas que emplean a 70.000 trabajadores. El 77% de las plantas no supera los nueve operarios. (Paula Kuschnir)

La industria maderera es catalogada como un sector sensible, debido al riesgo que representa para muchas empresas locales el arribo de productos importados a precios artificialmente bajos. Sin embargo, en la actualidad evidencia fortalezas. Se trata de un área en la que operan más de 6.500 empresas y que emplea a casi 70.000 trabajadores. El último relevamiento oficial sobre la actividad refleja que las empresas madereras en promedio registraron un aumento en las ventas durante 2012 de 29,4% con respecto al año anterior. Además, se incrementó el personal en el sector un 14,4% durante el mismo período, de acuerdo con datos de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA).
La industria maderera está compuesta básicamente por pequeñas y medianas empresas. Las firmas grandes no llegan a representar el 10% de la totalidad de establecimientos en el país y se ubican en el primer eslabón de la cadena. Según un estudio del INTI y el Ministerio de Industria, se pueden distinguir tres grupos de empresas muebleras. Por un lado, las pequeñas y microempresas, que producen muebles macizos de baja calidad y acabado. «La elevada informalidad y baja inversión en tecnología, en diseño e investigación de mercado son sus características, factores que frenan las posibilidades de desarrollo», señala el informe. Por otro lado, se encuentran pequeñas y medianas empresas, que también fabrican muebles macizos pero utilizan tecnología de producto, diseño propio o transferido de clientes internacionales y comercializan su producción en su mayoría a un mercado interno más exigente. Finalmente, están las empresas que producen muebles planos con mayor escala de producción –en general, son de gama baja o media en base a tableros reconstituidos– y comercializan su producción a través de los canales hipermercadistas, mientras que sus exportaciones tienen como destino principal países limítrofes.
«Las problemáticas del sector pueden resumirse en tres puntos: falta de financiamiento para inversiones en tecnología, el mejoramiento de la infraestructura y las certificaciones de calidad. Es una industria presente en todo el territorio y que demanda mucha mano de obra», explica el presidente de FAIMA, Pedro Reyna.

 

Sin astillas
La cadena maderera –sin el sector muebles– no es muy concentrada en relación con otras industrias manufactureras, habida cuenta de que las 20 primeras empresas acaparan sólo el 14% de la masa de ocupados y el 34% del valor bruto de producción, según el último Censo Nacional Económico. Cuando el análisis se hace por ramas, los subsectores de tableros y contrachapados aparecen como los más concentrados.
En la industria del mueble local, a diferencia de tendencias mundiales, la orientación es a la integración vertical y no horizontal; es decir, no existen esquemas de subcontratación. No hay fabricantes especializados en partes y componentes de muebles, sino que las empresas concentran los diferentes procesos productivos internamente, cuando en muchos casos se realizan sin la tecnología y escala necesaria para ser eficiente. Estos procesos se podrían delegar en proveedores especializados. Los muebles utilizan cada vez más como insumos los tableros de madera reconstituida. Actualmente representan un 70%, mientras que el 30% restante se fabrica con madera sólida.
El 36% de las empresas se dedican a fabricar muebles, mientras que un 26% pertenece al subsector aserraderos y remanufacturas de maderas. El resto se lo dividen entre los subsectores de carpintería en general, envases y pallets, aberturas de pisos y revestimientos, terciados enchapados, tableros y aglomerados, entre otros. En estos números no se registran modificaciones con respecto a años anteriores.
La clasificación de la SEPYME señala que en madera y muebles el 60% de las empresas tienen un tamaño micro, el 31% son pequeñas, el 8% son medianas y sólo el 1% es grande. Si se lo mide por cantidad de empleados, un 77% de las empresas cuenta con 9 o menos empleados; el 19% trabaja con entre 10 y 49 empleados y sólo el 4% emplea a 50 o más trabajadores. El 40,1% de los empleados pertenece al subsector de aserraderos y remanufacturación de madera, a pesar de no ser el rubro con la mayor cantidad de empresas. Por detrás se ubica el subsector muebles, que posee un 27,2% de la nómina laboral.
Una característica importante del sector es su presencia federal, ya que cuenta con fábricas en todo el país. Según el Relevamiento de la Industria Maderera de la República Argentina (RIMRA), el 38,34% están ubicadas en la provincia de Buenos Aires, el 18% en Misiones; mientras que Santa Fe, Capital Federal y Mendoza cuentan cada una con aproximadamente un 9% de las fábricas del sector. La industria maderera mantiene un leve superávit en comercio exterior, gracias a las restricciones que se aplicaron al ingreso de productos importados, principalmente de Brasil. Durante el año pasado el rubro madera y muebles exportó por más de 227 millones de dólares e importó 222 millones. Esto representó un superávit en el saldo comercial de casi 5 millones de dólares, que implicó una fuerte disminución con respecto al de 2011, explicado por la fuerte caída en las exportaciones de manufactura de maderas.

Cristian Carrillo

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