Volver la tribu

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Cambios sociales y generacionales dejan a muchas mujeres en soledad a la hora de parir y criar. Por eso, cada vez son más las que eligen compartir esta experiencia con sus pares. Matronas, doulas y la vieja práctica de maternar en compañía de otras.


(Shutterstock)

Los escasos dos días que dura actualmente, pese a los numerosos proyectos presentados para extenderla, la licencia por paternidad es apenas un ejemplo de la soledad a la que se enfrentan hoy las mujeres en el momento del parto y el puerperio, un período de sus vidas que no parece llevarse bien con las exigencias de un mundo que, en ocasiones, las lleva a optar entre el desarrollo profesional y la maternidad. En nuestro país, además, la licencia por maternidad no sobrepasa los 90 días, tras los cuales la mayoría de las mujeres deben hacer, cual equilibrista de circo, mil y una maniobras para ver de qué manera cuidan a sus hijos, trabajan y atienden su hogar. El panorama se ensombrece más aún si se toma en cuenta un contexto donde, de acuerdo con un informe de las investigadoras Gala Díaz Langou y Florencia Caro Sachetti para el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), solo el 47,5% de los trabajadores y el 51,1% de las trabajadoras que son padres o madres gozan de licencia por maternidad y paternidad, como consecuencia de la alta informalidad laboral, que llega al 49,3% según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Por otra parte, la maternidad sigue siendo un momento de gran vulnerabilidad emocional, que requiere de un entorno que no solo acompañe sino que contenga y ayude. Países como Suecia, donde padres y madres gozan de licencias pagas por maternidad y paternidad de casi 500 días, parecen haberlo entendido, pero de ese lado del mundo aún resta camino por recorrer.
Por eso, de un tiempo a esta parte y cada vez más, hay mujeres que eligen la crianza en tribu, es decir, transcurrir la maternidad acompañadas por otras mujeres que viven o vivieron la misma experiencia, para muchas una forma de volver a una práctica ancestral en la cual la presencia femenina era fundamental para ejercer la maternidad.
«Es imposible maternar a un bebé en soledad, porque el bebé requiere de la atención de un adulto las 24 horas, y si este adulto le dedica toda su atención a ese bebé, no tiene cómo ocuparse de sí mismo. Habiendo dos o más personas se hace más sencillo, por una cuestión emocional y también logística», asegura en diálogo con Acción Melina Bronfman, musicoterapeuta, creadora y administradora del grupo de Facebook Crianza Fisiológica 2, que cuenta con cerca de 30.000 miembros y se propone como una herramienta a través de la cual las madres pueden hacer preguntas y recibir respuestas sobre aspectos de la crianza las 24 horas. La denominada crianza fisiológica o con apego es aquella respetuosa de los tiempos del bebé, que toma en cuenta justamente las características de la fisiología y que busca el crecimiento óptimo y esperable del niño sin adelantar ninguna etapa.

Saberes perdidos
Según Bronfman, en muchos casos la mayor soledad en la que la maternidad transcurre se debe a un choque generacional. «Hace dos generaciones se impuso fuertemente la lactancia de fórmula y ahora las mujeres están buscando recuperar su capacidad de amamantar y entonces viene la abuela y les dice: “¡Todo el día en la teta, ese bebé se queda con hambre!”. A nivel generacional puede haber un quiebre en este aspecto, entonces las mujeres se aíslan de su familia de origen para no sentirse criticadas o rechazadas. A su vez, las viviendas han cambiado y son cada vez más pequeñas, ni siquiera toman en cuenta la posibilidad de que exista un bebé. Lo cierto es que las mujeres encontrándose entre pares, que sienten como ellas, que amamantan como ellas, donde nadie las critica, se sienten a gusto y se cuidan entre ellas y a sus bebés», afirma.
Según relata Rosina Duarte, psicóloga, danzaterapeuta y doula (ver recuadro), antes existían las matronas –mujeres respetadas que asistían a los partos–, y el hábito de compartir la crianza en una cultura en donde las encargadas de esto eran las mujeres. «Desde la antigüedad se compartía esta cuestión de los saberes, estaba la anciana, que era una mujer sabia y con experiencia, experiencia que era compartida con otras generaciones. Ahora se está retomando esto, pero aun así lo que prima es la individualidad. Por su parte, la sociedad tampoco propone esta cuestión de la comunidad, es medio raro esto de criar en red, en tribu, parece como algo muy ancestral y antiguo y la realidad es que en el compartir las experiencias, los saberes, los miedos, las dudas, la información, las mujeres se empoderan sabiendo que van a poder maternar desde su propio deseo y lugar, desde sus propios saberes», señala la especialista.
María Solari es diseñadora gráfica y llegó al grupo de Facebook Crianza Fisiológica 2 en 2012, cuando quedó embarazada. Luego de la pérdida de ese primer embarazo, ella siguió informándose sobre lo que significaba la crianza con apego y en 2015 volvió a quedar embarazada de su hijo León, que hoy tiene 3 años. «Me quedé en el grupo pero también busqué formar una tribu de mujeres con las cuales pudiéramos vernos. Ahora tengo tres grupos con las que me reuno casi todas las semanas, somos como 12. Nos empezamos a juntar desde que los bebés tenían un mes, al principio era más sencillo, eran mateadas, manta en el piso y dar la teta juntas, luego los chicos van creciendo y es un bardo, pero aun así seguimos, hablamos mucho por WhatsApp, y nos contamos desde las peleas con nuestras parejas hasta experiencias sobre la crianza de nuestros hijos como “mi bebé no duerme, mi bebé tiene un mes y le doy teta cada tres horas pero llora igual”. Nos acompañamos, a la que tiene problemas para amamantar le decimos lo que nos resultó a nosotras, o por ahí alguna pide ayuda para cuidar a los chicos porque tiene que ir al médico y estamos ahí, está buenísimo esto de contar con el otro, es fundamental», cuenta María.

Lactancia y respeto
Para Bárbara Díaz, mamá de Lautaro y Benjamín, la tribu vino de la mano de un problema puntual: creer que no podía amamantar a sus mellizos, que hoy tienen 7 años. «Para mí fue fundamental contactarme con el grupo de madres de la Liga de la Leche, donde me bancaron y me dieron consejos en mi situación de puérpera y hormonal, yo pensaba que no podía alimentar a mis hijos y la empatía de mujeres que estaban en la misma situación fue fundamental. Con el tiempo surgieron otros grupos de apoyo virtual donde ya hablábamos de tipos de crianza y de tratar de criarlos con respeto, desde la escucha. Es importante encontrar mujeres que no te juzguen, que no piensen que lo que te está pasando como madre es una pavada, porque la maternidad termina siendo muy solitaria; mis amigas siempre estuvieron conmigo, pero soy la única del grupo que tiene hijos, entonces no podían entender lo que me estaba pasando en relación con ciertas inquietudes que una tiene sobre si estás haciendo las cosas bien», indica Bárbara.
Nel Terzaghi es artesana y mamá de dos hijos de 2 y 7 años. Al igual que Bárbara, encontró su grupo de crianza en la Liga de la Leche. «En un momento de tanta vulnerabilidad como la maternidad, de confusión y de estar sobrepasada de información por parte de amigos, familia y médicos, fue y es muy importante la compañía de estos grupos. Cuando nació mi bebé tuve problemas para lactar y llegar a la Liga salvó mi lactancia, además, estar rodeada de otras mamás es enriquecedor y te brinda seguridad y tranquilidad», sostiene.
«Hoy la mujer está muy sola en la maternidad, acá vienen estos grupos a acompañar, a dar información y sostén emocional. Hoy la mujer tiene otras exigencias, el trabajo, lo estético, pareciera que tiene que estar divina después del parto para la portada de una revista y la realidad es que estamos mucho tiempo metidas en casa criando», reflexiona Sandra Ullua, líder de la zona Oeste de la Liga de la Leche.
Entre los grupos virtuales a los que las madres pueden recurrir para interactuar y recibir información se encuentran: Crianza en Movimiento, Maternar en Tribu, Liga de la Leche Oeste, GBA, Mamá Pulpo (Facebook), Doulas de Argentina, Panza y Crianza y la Fundación Multifamilias, entre otros.

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