14 de septiembre de 2016
«La persistencia de Estado Islámico sirve a propósitos estratégicos», argumentó Efraim Inbar, uno de los asesores más influyentes del gobierno israelí. El académico aseguró que sería un «error» terminar con el grupo terrorista y que «la estabilidad no es un valor en sí mismo y solo es deseable si sirve a los intereses de Israel». En un artículo, Inbar admitió que la derrota del califato terminará reforzando la influencia iraní en la región y defendió la prolongación de la guerra siria. También reflexionó: «¿Realmente le interesa a Occidente fortalecer la influencia rusa en Siria y en Oriente Medio? ¿La mejora del control iraní sobre Irak es congruente con los objetivos norteamericanos? Solo la locura estratégica que prevalece hoy en Washington puede considerar como positivo que se potencie al eje Moscú-Teherán-Damasco mediante la cooperación con Rusia para luchar contra ISIS».