15 de julio de 2013
Tengo que decir que el último paro de camioneros no me afectó directamente y no es por eso por lo que envío estas líneas. A lo sumo sufrí una transitoria falta de combustible y en especial la recolección de residuos, que en Capital es ya de por sí bastante deficiente, como ocurre en Floresta, barrio donde vivo. Escribo porque me causó no poca irritación ver cómo algunos canales de televisión y grandes diarios recibieron con los brazos abiertos este paro, simplemente porque el propio Moyano dejó en claro que era contra la Presidenta, ya que directamente llamó a votar en su contra. Y digo irritación porque veo que esos mismos medios que hoy se hacen eco con entusiasmo de las expresiones y paros del sindicalista, hace apenas tres años lo defenestraban con las peores calificaciones, lo acusaban de los más turbios negocios e incluso de lavado de dinero en la obra social de Camioneros.
Basta leer en Internet las noticias de 2010 para constatar la hipocresía de los grandes multimedios. Está todo ahí, basta ponerse a buscar: se lo acusaba de manejar 2.500 millones de pesos en subsidios, de truchar troqueles de medicamentos para la obra social e incluso se lo vinculaba con la mafia que existiría en ese ámbito. Todo sin medias tintas. ¿Y en qué quedaron todas estas imputaciones?
Hoy para estas empresas, el solo hecho de que Moyano esté posicionado contra el Gobierno lo pone en un lugar de líder digno de ser citado largamente en las notas e incluso elogiado. Algo que resulta paradójico, porque unos de los rubros más afectados por el paro de camioneros fue el de la distribución de diarios y revistas. En estos días más que nunca ha quedado claro que todo es relativo y el que fue el enemigo ayer bien puede ser hoy un valioso aliado. Sólo que estos medios no toman en cuenta que en este país muchos tenemos memoria.
Aída Delfederico
Ciudad de Buenos Aires