21 de octubre de 2023
La reciente activación del segundo tramo del swap de monedas con China, por el equivalente a 6.500 millones de dólares, elevó el poder de fuego del Banco Central en el mercado de cambios, con miras a aquietar las ilógicas cotizaciones alcanzadas durante los últimos días.
En el transcurso de esta semana las cotizaciones de los dólares financieros (el MEP y el Contado con liquidación) han venido aumentando debido a la cercanía de los comicios del domingo. A partir de la disponibilidad del swap se estará en mejores condiciones para despejar la incertidumbre que se viene tratando de instalar alrededor del valor de la divisa estadounidense.
Es relevante en esta materia la fuerte caída que sufrió el dólar ilegal, lo cual puede vincularse con la especulación que se monta sobre estas operaciones. El refuerzo de los operativos y los controles oficiales permitieron evidenciar el nexo que existe en este segmento con el contrabando, la evasión y el lavado de dinero.
Se trata, concretamente, de un mercado cuyas cotizaciones no tienen ningún basamento con lo que ocurre en la economía real y que no es transparente en absoluto. Pese a lo cual suele ser tomado como referencia por grandes medios de comunicación.
Volviendo al swap con China, al que esos mismos medios restaron relevancia, hay que recordar que complementa los 5.000 millones de dólares que se liberaron en un primer tramo, en junio pasado. Y como se informó, podrá ser aplicado a «objetivos de desarrollo del comercio bilateral y a la estabilidad de los mercados financieros en Argentina».
Concretamente, parte de los 6.500 millones de dólares de este segundo tramo se utilizarán para completar los pagos de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. En este sentido, se precancelarán las obligaciones de este mes, que suman unos 2.590 millones de dólares.
En lo que hace a la relación con China en este frente, deben destacarse los resultados de la reciente reunión que mantuvieron las autoridades de ambos países, durante la cual se analizaron los avances en el financiamiento para obras de infraestructura por un total de 23.700 millones de dólares, de los cuales 14.000 millones ya fueron aprobados.
La expectativa en este plano, como en otros relacionados con la actividad productiva y los ingresos de sectores populares, es dejar atrás gradualmente las dificultades coyunturales con un espíritu progresista, en un marco de mejores perspectivas para el crecimiento de las reservas monetarias, condición indispensable para avanzar en la lucha contra la inflación.
