24 de julio de 2013
Costa Rica reformó la ley de la Persona Joven que abrió la puerta al debate sobre las uniones entre personas del mismo sexo. La presidenta Laura Chinchilla firmó el proyecto y el Congreso lo aprobó unánimemente, sin que los legisladores conservadores advirtieran que la letra chica de la ley permitía interpretaciones que validaban el matrimonio igualitario. La normativa otorga a los jóvenes derecho a que se reconozcan las uniones de hecho públicas, únicas y estables como aptas para contraer matrimonio. Seis parejas del mismo sexo se presentaron para legalizar su situación. Los sectores conservadores y la Iglesia argumentaron que el Código de Familia sólo reconoce uniones entre varones y mujeres y presionaron a Chinchilla para que vete la ley: «Ninguna ideología puede cancelar del espíritu humano la certeza de que el matrimonio en realidad existe únicamente entre personas del sexo opuesto» dijeron los cardenales.