8 de febrero de 2017
«México no cree en los muros y no pagará ninguno» fueron las palabras que el presidente Enrique Peña Nieto utilizó para responder a los planes del mandatario norteamericano, Donald Trump. A pesar de la campaña que emprendió Peña Nieto, para mostrarse como defensor de la migración, varios artículos periodísticos están recordando su política en la frontera con Guatemala y Belice que incluyó la instalación de un muro. Por presión de Washington y en favor de los intereses de la empresa Ferrosur, Peña Nieto había lanzado la iniciativa en 2014 para blindar los pasos y evitar que los centroamericanos lleguen al país. Desde entonces, la mayor militarización no solo causó más violaciones a los derechos humanos de los inmigrantes sino que extendió la presencia del crimen organizado. Ana María Diéguez, de la cancillería guatemalteca, puntualizó la situación: «Muro o no muro, México ya es una contención de la migración, nosotros tenemos que centrarnos en aquellos que no llegan a Estados Unidos y están mucho más desprotegidos frente a los riesgos de utilizar el territorio mexicano antes que centrarse en la polémica provocada por la orden de Trump».