26 de julio de 2017
«¿Cuáles son los problemas en África? Los Estados en quiebra, las transiciones democráticas complejas, la situación demográfica que es, recuerdo, uno de los principales retos de África. Cuando en un país siguen teniendo 7 u 8 hijos por mujer, puedes plantearte gastar ahí miles de millones de euros, pero no conseguirás estabilizar nada». Así fue como Emmanuel Macron respondió en conferencia de prensa a un periodista marfileño en la última cumbre del G-20, realizada en Hamburgo (Alemania), en julio. A poco de recibir a su par estadounidense Donald Trump, el mandatario francés comparó el Plan Marshall con posibles ayudas hacia el continente negro cuyos problemas, evaluó, son de tipo «civilizacional». Su desliz racista produjo un amplio rechazo público. El diario Le Monde desmintió su declaración informando que el promedio de natalidad es en realidad de 4,7 niños por mujer y que solo Níger alcanza el 7,6, índice que coincidiría con los dichos del mandatario. Todo ello sin contar que un millón de recién nacidos africanos mueren cada año debido a causas evitables.