23 de mayo de 2024
Furiosa: de la saga Mad Max
Director: George Miller
Intérpretes: A. Taylor-Joy, Ch. Hemsworth, A. Browne y T. Burke.
País: Australia
Misión. Furiosa (Taylor-Joy) cruza el desierto con un camión cargado de tesoros.
Motores rugientes, sonido metálico y rock and roll se escuchan sobre el logo de la Warner Bros antes del primer fotograma de la película. Una manera de anticipar, como sucedía en el periodo clásico, de qué se trata lo que vamos a ver a continuación. Una nueva superproducción postapocalíptica del padre del género, que hizo de la estética de camperas de cuero y vehículos a toda velocidad en el desierto una marca de autor.
Furiosa: de la saga Mad Max es la precuela y spin-off de Mad Max: furia en el camino (2015), y viene a contar la historia del personaje interpretado en aquella oportunidad por Charlize Theron. El relato comienza cuando una pequeña Furiosa (Alyla Browne) es secuestrada del Lugar Verde de Muchas Madres y cae en manos de una horda de motociclistas liderada por el villano Dementus (Chris Hemsworth), a quien la niña jura venganza por matar a su madre (Charlee Fraser). De adulta, Furiosa (Anya Taylor-Joy) queda en medio de un enfrentamiento con la ciudadela presidida por Immortan Joe (Lachy Hulme). Mientras los dos tiranos luchan por el dominio de Wasteland, a Furiosa le encomiendan una misión que ya es un clásico de la saga: cruzar con un camión cargado de recursos preciados (combustible, agua, frutas) por el desierto e intentar defender su contenido del ataque de los pandilleros.
Además de explorar el origen de su heroína, la película retoma la persecución a toda velocidad con secuencias de acción grandiosamente filmadas y la temática de la venganza violenta, características tomadas del western. ¿No es acaso el camión la diligencia de antaño? ¿La venganza personal no era el motor de las historias de Sergio Leone? Otra referencia al cine del pasado se encuentra en los maestros de la coreografía visual del periodo mudo, Buster Keaton y Harold Lloyd, cuya influencia Miller maneja con maestría en la puesta en escena y el diseño visual.
En este film, los héroes dicen poco y nada, dejando que la imagen hable por sí sola. La cámara se mueve al ritmo de los autos por el desierto, saltando junto a los guerreros del camino. Si la primera Mad Max contaba en 1979 con espectaculares efectos artesanales, las continuaciones del siglo XXI suman las nuevas tecnologías, como los drones y los efectos digitales, potenciados por grandes presupuestos. El desierto, el sol y la escasez de agua tiñen la paleta de colores de un rojo infernal, dando forma a un mundo violento de chaquetas de cuero, cadenas, tatuajes y vehículos con formas monstruosas que evocan una versión pesadillesca de Los autos locos.
Miller se aparta del realismo desgarrador del cine contemporáneo. Su obra es pura fantasía surrealista, es una parodia de las luchas por los recursos naturales desde tiempos inmemoriales y, también, del mal gusto de los tiranos: Dementus conduce un carro al estilo Ben-Hur, pero empujado por tres motocicletas en vez de caballos, luego cambia su vehículo por un Monster Truck. Pero por sobre todas las cosas, el cineasta australiano entiende que el cine es puro entretenimiento, una farsa circense para digerir la fatalidad de las mezquindades humanas.
Furiosa no supera a su predecesora de 2015 (o, más bien, a la siguiente película en la línea temporal de la saga), pero es otra declaración de principios de un realizador que fue copiado hasta el hartazgo en cada reinvención del cine postapocalíptico. A sus 79 años, parece decir «pasen y vean con atención antes de imitar».