1 de agosto de 2024
Manifestación
Grupo Mondongo
Malba
Caras conocidas. En el cuadro son retratados familiares y amigos de los artistas.
Foto: Prensa
La última exhibición del Grupo Mondongo es un homenaje a la obra Manifestación (1934) del artista argentino Antonio Berni, a 90 años de su realización. Para esto, el dúo integrado por Manuel Mendanha y Juliana Laffitte presentó una reelaboración en clave de «cover» de la pintura, pieza que inició el nuevo realismo en el arte argentino y forma parte de la colección del museo.
En la pintura de Berni, temple sobre arpillera de enormes dimensiones, la movilización de un grupo de obreros toma las calles del barrio Refinería en Rosario. Hombres, mujeres y niños se vuelcan al espacio público de la ciudad con una pancarta que reza «Pan y trabajo»: una consigna que hace referencia al título de la obra de Ernesto de la Cárcova (Sin pan y sin trabajo, 1894), la primera obra de arte local que representó la desocupación y la crisis social.
Los sectores populares son los protagonistas de la obra de Berni, que luego de una experiencia surrealista hizo un giro hacia la pintura social en concordancia con las ideas políticas a las que adhería y su vínculo con el Partido Comunista local. Se conoce que para este trabajo tomó de referencia el universo visual de las xilografías y aguafuertes de Guillermo Facio Hebequer, Gustavo Cochet, Abraham Vigo y otros.
De dimensiones similares, Manifestación (2024) de Mondongo es un alto relieve de 120 kilos realizado en plastilina, material que trabajan desde hace más de 20 años. Su composición, realizada en espejo con la obra a la que remite, replica la estructura formal de la pieza de Berni: una caravana en la que un río de rostros aparece en fuga. Sobre el fondo, los edificios que rodean a la Plaza de Mayo.
Las caras protagonistas aquí pertenecen al círculo íntimo de los artistas. Familiares, amigos –algunos conocidos, como Marta Minujín, Sergio De Loof o Rodolfo Fogwill– e incluso ellos mismos están retratados entre ese grupo de gente que, sin pancartas ni consignas precisas, permanecen allí instalados en protesta. ¿Cuáles son sus reclamos?
La pieza está realizada bajo una técnica que consiste en pintar y esculpir (la llaman «esculpintar»), sello propio que perfeccionaron y para el que fabrican pinceles con cerdas de metal que les permiten crear esfumados. «La plastilina es un óleo lento, que se mezcla con la mano. Cuando comenzamos la usábamos como chorizos, como la usan los niños, pero con el pasar de los años empezamos a ver la generosidad de sus formas. Y en este cuadro pudimos aunar todas las técnicas de este material», explica Laffitte.
La muestra se completa con otras obras de los últimos años: Villa II, un tondo (pieza circular) que reproduce la vista de un asentamiento con elementos de las favelas cariocas, el barrio Dharavi en Mumbai o las villas que están a unos pocos kilómetros del Malba. Tac II, una estructura claustrofóbica de ladrillos tipo vórtice que desemboca en la pantalla de un reloj digital, y una pieza de sitio específico que escenifica la vivienda precaria de una villa realizada con una diversidad de materiales. Descartes, como los usados en los collages de Berni.
El homenaje deja algunas preguntas abiertas sobre cómo actualizar la obra de un artista con una dimensión social intensa, en la ausencia de aquellos sectores que son el objeto de su arte. O cómo representar a esos sectores observando de cerca las relaciones de clase y poder que están presentes en el contexto de un museo. A qué distancia de los estereotipos paridos por la industria cultural sobre la pobreza y la marginalidad nos encontramos, y cuál es el punto de vista desde donde miramos.