29 de julio de 2024
Sintonía. Abrazo entre el presidente de la SRA, Nicolás Pino, y Javier Milei. Elogios mutuos en los discursos.
Foto: NA
En estos días un acontecimiento importante es la habitual muestra que realiza la Sociedad Rural Argentina (SRA) en su predio del barrio porteño de Palermo. El otro hecho trascendente es el de las elecciones en Venezuela, que tuvo gran repercusión internacional.
Acerca del primero es dable destacar que luego de cinco años concurre un presidente de la Nación a dicho evento ya que en el período de Gobierno de Alberto Fernández existió una discordancia entre las políticas del Gobierno nacional y la oposición de la SRA.
En esta circunstancia el presidente Javier Milei recibió desde las gradas un fuerte aval ideológico y político de las autoridades que nutren habitualmente este evento, aunque no realizó los anuncios que tradicionalmente reclama el campo.
El sector agropecuario siempre pide por la baja o la eliminación de las retenciones o derechos de exportación, a partir de ponderar que las retenciones o cualquier impuesto que se les aplique, resulta confiscatorio para sus intereses.
El Gobierno se comprometió a bajar las retenciones cuando se pueda resolver el problema del cepo, y que se eliminaría el impuesto PAIS antes del 7 de diciembre. Además, hizo algunas concesiones para la industria láctea y la cárnica.
Resulta obligatorio tener en cuenta que toda reducción de ingresos tributarios tiene una contrapartida para suplantar la pérdida: el ajuste del gasto. Por lo tanto, el compromiso de bajar impuestos al mundo del campo implicará inevitablemente acentuar «el ajuste más grande del mundo», tal como lo define Javier Milei. En definitiva, ante la ausencia de anuncios importantes frente al reclamo de las organizaciones ruralistas, el presidente formuló una fuerte reivindicación del sector y su representación histórica: la Sociedad Rural Argentina. En ese contexto el mandatario aprovechó para refutar el término de «oligarquía», que connota críticamente a esa organización desde hace décadas, desde diversos sectores.
Por su parte la SRA privilegió el apoyo político a un Gobierno que considera propio y que los representa, más allá de que no ha tenido eco en sus últimos reclamos. Sin embargo, es imprescindible señalar que hubo una primera medida del Gobierno de Milei, absolutamente extraordinaria: la devaluación del 118%, lo cual implicó un notorio beneficio para todo el sector exportador, particularmente el agroalimentario.
Recuperación económica y consolidación
Como señalamos al comienzo, la elección venezolana ha sido determinante teniendo en cuenta la difusión que adquirió en el continente el proyecto chavista. Pero existe otro elemento muy importante: la cuenca del Orinoco venezolana es la reserva de petróleo más grande del planeta. Resulta inevitable entonces que por el factor político y por el económico, se haya llegado a la actual tensión.
Maduro. El triunfo del líder del Gran Polo Patriótico tiene impacto en toda la región.
Foto: Getty Images
La oposición utilizó una doble estrategia: conquistar el voto ciudadano, y a su vez, instalar que si triunfaba el chavismo sería como consecuencia de un proceso fraudulento.
En tal sentido hay que señalar que durante el período de Hugo Chávez hubo 30 elecciones, siempre reconocidas por los organismos internacionales. En las gestiones de Nicolás Maduro se destacan derrotas y triunfos opositores, entre ellas, en elecciones de gobernadores y en un plebiscito constitucional, en los que no se realizaron impugnaciones. Resulta imprescindible resaltar que, como siempre, hubo presencia de veedores internacionales.
Si bien algunos Gobiernos de Europa y de América actuaron asumiendo la duda previa acerca de la legitimidad del resultado electoral, todo indica que a lo largo del comicio no hubo impugnaciones, ya que hubieran sido presentadas por los fiscales de los diversos partidos políticos.
Según este resultado eleccionario, el Gobierno de Venezuela se consolida en el marco de una salida positiva de la crisis económica, teniendo en cuenta que ha controlado el proceso inflacionario −sus índices rondan el 1% mensual− y que su economía registra un crecimiento que para este año está pronosticado en un 4,5% de expansión del PIB, pese al bloqueo estadounidense, motivado en razones políticas e ideológicas.
En suma, se trata de un nuevo triunfo de las variantes progresistas en el continente, precedido de la reciente victoria de Claudia Sheinbaum en México y con la expectativa electoral de la región proyectada ahora a lo que ocurra en octubre en Uruguay.