10 de septiembre de 2013
Luego de recibir en Venezuela el Premio Libertador al Pensamiento Crítico por su libro sobre Latinoamérica y la geopolítica, el pensador fue homenajeado frente a una concurrida sala Solidaridad.
Era la tarde del 27 de agosto y la sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini lucía colmada por un público expectante y atento. Esto suele verse en ese inmenso segundo subsuelo ubicado bajo el nivel de la calle Corrientes, ya sea en espectáculos varios o en infinidad de debates; lo curioso del caso es que, en esta ocasión, la temática a tratar era la siempre compleja geopolítica. El responsable de la convocatoria, que devino en verdadera fiesta del pensamiento, fue el prestigioso politólogo y sociólogo Atilio Boron. Y la excusa, nada menos que la celebración por el reciente Premio Libertador al Pensamiento Crítico que obtuvo por su libro América Latina en la geopolítica del imperialismo.
Instituida por el Comandante Hugo Chávez, la distinción le había sido entregada el pasado 12 de agosto por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. Fue en el marco de la octava edición del certamen, en el que participaron 62 textos procedentes de una quincena de países. Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts), Magíster en Ciencias Políticas de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y profesor de Teoría y Filosofía Política en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires desde 1986, en la actualidad Boron dirige el PLED (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales) del CCC.
Justamente, fue a partir del flamante premio que el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos decidió otorgarle una plaqueta en manos de Juan Carlos Junio, director del centro cultural. «Hoy es un día de alegría y, como siempre, de compromiso», expresó Junio. «Tengo aquí un único propósito y es el de hacerle nosotros también un reconocimiento por este premio a la obra de Atilio que, en esta circunstancia, es por un libro, pero en realidad marca una larguísima trayectoria ligada con el pensamiento crítico, el debate de ideas en nuestro continente y más allá también. Y por su constante aporte a nuestro proyecto cultural y solidario».
Entre los presentes se encontraban los embajadores de Venezuela, Carlos Martínez Mendoza; de Cuba, Jorge Lamadrid; y de Ecuador, Gloria Vidal. La velada adoptó entonces el formato de una entrevista pública, y fue el mismo Boron quien eligió a su partenaire, el periodista Eduardo Aliverti. «La actividad se hace por el premio que recibió el libro. Pero, de alguna manera, también se están celebrando los 70 años de Atilio, que fueron el 1º de julio: lo que se festeja es su coherencia», observó Aliverti, al ser consultado por Acción. La entrevista se transformó en una clase magistral en la que Boron se refirió a figuras tan disímiles como Hugo Chávez, Barack Obama, Cristina Fernández, Fidel Castro, Silvio Berlusconi, Salvador Allende, Néstor Kirchner, Ernesto Che Guevara, Lula da Silva, Roque Sáenz Peña, Karl Marx, Evo Morales y José Martí. También se habló de globalización, del ALCA, del medioambiente, de la CIA, de la burocracia sindical, de las izquierdas en América Latina, de los hitos que lo marcaron ideológicamente y de la situación actual del país.
«No se debe hablar de revolución como un hecho, sino como un proceso», dijo el homenajeado en un tramo de su exposición. «A veces la izquierda, en sus afanes posmodernos, se olvida de la lucha de clases; los imperialistas nunca se olvidan. Estados Unidos no apunta más a los golpes militares: sus nuevas jugadas son golpes que utilizan otros poderes del Estado, fundamentalmente la judicatura o el poder legislativo. La idea de que la Casa Blanca no tiene puesto el foco en Latinoamérica es una de las más extraordinarias mentiras de la historia diplomática mundial. Nosotros le importamos, y mucho».
Al axioma que postula que son las masas las que hacen la historia, el pensador le agregó una lúcida observación: «Sí, claro, pero si no hay un elemento aglutinador que diga las palabras justas en el momento oportuno… Son muchas las veces que, sin esto, las masas no pasan a hacer la historia». En referencia al libro, explicó que su escritura fue «una tentativa de entender la encrucijada de América Latina hoy, en un contexto internacional que a mí me parece que es profundamente peligroso. Era necesario introducir, en la reflexión que hacemos desde la izquierda, una serie de variables que habitualmente no eran consideradas. Pensar en la geopolítica, para la izquierda, era casi un crimen. Mi libro, si tiene algún mérito, es el de haber abierto algunas pautas para trabajar e investigar en profundidad alguno de estos temas».
Una vez finalizada la charla pública, el homenajeado le concedió unos minutos a Acción para contar que América Latina en la geopolítica del imperialismo le demandó una gran tarea de investigación. «Estuve dos años y medio hasta comenzar a escribirlo, así que estoy feliz al ver que la gente lo está leyendo y ya va por la tercera edición», destacó. «Este premio tiene un enorme significado, porque fue instituido nada menos que por el presidente Hugo Chávez. Para mí es todo un honor recibirlo, estoy feliz de la vida y dispuesto a compartir estas ideas con todos. Para esto sirve el libro: es un instrumento de combate, así lo concibo yo. Y como tal, espero que siga sirviéndonos durante un buen tiempo. Nos queda seguir trabajando por una realidad donde la geopolítica demarque un mundo cada vez más justo».
—Jorge Freidemberg