Con precios internacionales sin cambios y aumento de costos internos, la rentabilidad del sector cae y la cosecha está en sus mínimos desde principios de siglo. Problemas logísticos por deficiencias y escasa inversión gubernamental en infraestructura.
29 de noviembre de 2017
Superficie sembrada. Alcanza las 200.000 hectáreas distribuidas en cinco provincias. (Diego Giudice)
Las economías regionales no repuntan y evidencian su peor desempeño en años. La actividad arrocera, que se desarrolla principalmente en las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y Formosa, está produciendo en la actualidad un 30% menos que el promedio de la última década. Los precios externos tampoco mejoran, el aumento de los costos internos complica la rentabilidad del sector y los productores abandonan este cultivo y, como muchos otros, se vuelcan a los monocultivos exportables. Argentina ocupa el octavo puesto como exportador de arroz, uno de los cultivos comestibles más consumidos en el mundo. Desde el sector reclaman que se cristalicen las inversiones en infraestructura.
Nuestro país tiene aproximadamente 200.000 hectáreas sembradas de arroz distribuidas en cuatro provincias: 82.000 en Corrientes, 65.000 en Entre Ríos, 40.000 en Santa Fe y alrededor de 13.000 entre Chaco y Formosa. Las variedades desarrolladas por Fundación Proarroz en conjunto con INTA
–Gurí, Puitá y Cambá– presentan actualmente un alto impacto en la producción de arroz de Latinoamérica debido a que cubren más del 70% del área cultivada en la región. Así lo explica Alberto Livore, investigador del INTA Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Para que las innovaciones trasciendan del ámbito científico a la agroindustria, es clave la vinculación tecnológica. «Anualmente se venden al exterior unas 600.000 toneladas, de los 42 millones de toneladas a nivel mundial. Los destinos principales son Irak, Colombia, Brasil y Centroamérica. Ocupamos el octavo lugar como exportadores mundiales», explicó Hugo Müller, presidente de la Fundación Proarroz. El directivo detalló que «el mercado del arroz durante 2016, como todos los commodities, cayó entre un 12% y un 15%, y no se ha recuperado». Y agregó: «De modo tal que creemos que no vamos a cerrar este año con un mercado que permita cubrir los costos de producción, con costos e insumos que suben».
Niveles históricos
A nivel mundial, se producen aproximadamente 700 millones de toneladas de arroz, de las cuales 1,2 millones provienen de Argentina. «La producción de arroz viene de ser castigada por el clima. En materia de rindes no somos muy optimistas aunque estaríamos alcanzando los niveles históricos de 6.500 kilos por hectárea pese a la inversión dispuesta por la producción», sostuvo Pablo Linares Luque, de la Federación de Entidades Arroceras (FEDENAR). Según había vaticinado Linares Luque a principios de año, «la perspectiva de precios en los mercados internacionales no es la mejor aunque Argentina hizo esfuerzos para sostener sus ventas al exterior a partir de establecer un plus en sus precios». Pero ese plus no es suficiente frente al fuerte incremento de los costos internos medidos en dólares, debido a la falta de infraestructura.
La producción de arroz en 2016 superó la media, ascendió a casi 1,4 millones de toneladas, de las cuales se exportó el 70%. Pero con la caída en la rentabilidad, también desaparecen los productores. En Entre Ríos, en siete años, un tercio de los productores de arroz de la provincia abandonó el cultivo. Con colaboración del INTA, la industria arrocera busca aumentar la eficiencia y mantener un elevado nivel de producción, pero para ello es necesario acceder a financiamiento, como para construir una planta propia de clasificación y secado de semillas de vanguardia. También es necesario que el gobierno avance en las inversiones en infraestructura para bajar los costos logísticos del sector frente al deterioro del transporte. Los costos de la actividad ascienden hoy a alrededor de 1.300 dólares por hectárea, cuando históricamente eran de 800, lo que representa un incremento del 62,5%.