Sociedad | Ataque a la salud

Abrazo contra el vaciamiento

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María José Ralli

Frente a una nueva embestida del Gobierno, desde el Hospital Nacional Laura Bonaparte denuncian que el desmantelamiento del sistema público sanitario está en marcha.

«Vaciar es cerrar». Trabajadores y trabajadoras buscan visibilizar los despidos y denunciar las políticas de ajuste promovidas por el Gobierno nacional.

Foto: Jorge Aloy

Bajo las consignas «Vaciar es cerrar» y «Sin trabajadores no hay salud mental», trabajadoras y trabajadores del Hospital Nacional Laura Bonaparte especializado en Salud mental y Consumos problemáticos, acompañados por organizaciones sindicales, de derechos humanos, sociales y políticos, protagonizaron un abrazo simbólico a la institución. La movilización buscó visibilizar los 200 despidos recientes y denunciar las políticas de ajuste promovidas por el Gobierno nacional que amenazan con desmantelar la salud pública.

La defensa del hospital cobró nuevo impulso el pasado 15 de enero, al retomar la lucha que se inició en octubre, cuando comenzaron a aparecer las primeras señales de un posible cierre del centro de salud mental. Los despidos masivos afectan a médicos, a psicólogos, a terapistas, a personal administrativo y a otros profesionales esenciales para garantizar su funcionamiento, conocido por su excelencia en la atención de salud mental. 


Impacto del recorte
A comienzos de este año, el Gobierno decidió no renovar 1.400 contratos en organismos y en hospitales dependientes del Ministerio de Salud, justificando esta decisión como parte de una reorganización de la cartera. De ese total, 200 despidos corresponden al Hospital Bonaparte.

Estas medidas tienen consecuencias inmediatas. Antes de las medidas del Gobierno, el establecimiento contaba con consultorios externos para el seguimiento y la atención de demanda espontánea, con aproximadamente 3.000 consultas mensuales. Además, entregaba medicamentos a 140 personas en tratamiento y disponía de un servicio de atención telefónica para urgencias de salud mental las 24 horas, con alcance nacional. El Hospital de Día recibía a cerca de 1.000 pacientes al mes, ofrecía 10 talleres terapéuticos y organizaba acciones preventivas con presencia en barrios, además de mantener un servicio de guardia las 24 horas, con camas de internación. Todo esto está en riesgo ante el recorte de personal.

Desmantelar. Los despidos afectan a médicos, psicólogos, personal administrativo y otros profesionales esenciales que garantizan el funcionamiento del hospital.

Foto: Jorge Aloy

Daniel Antagli, psicólogo social, delegado de ATE y trabajador del Hospital Bonaparte, expresó su preocupación por el impacto de los despidos. «El Ministerio de Salud de la Nación echó a 200 trabajadores. Esta es una manera de cerrar, de vaciar al hospital; las guardias quedaron desmanteladas, fue un despido indiscriminado. Con brutalidad y total ignorancia de lo que se hace aquí adentro, dejaron guardias sin personal durante todo un fin de semana. Por ejemplo, sábado y domingo había un solo enfermero o un solo médico, y los demás estaban despedidos», dijo en diálogo con Acción.

Antagli también describió cómo los despidos afectaron distintos servicios esenciales: «En el turno tarde del Hospital de Día quedaron solo dos personas y el centro cultural del hospital, inaugurado en 2023, fue vaciado. También despidieron a todos los administrativos y operadores de radio, un espacio que buscaba generar una red social e interactuar con el exterior, pero ahora está perdido. Además, se desmanteló el servicio 0800 que atiende casos de suicidio en todo el país, dejando a los pacientes sin asistencia durante el fin de semana».

El impacto también alcanza áreas clave. «Echaron al único odontólogo pediátrico, a personal de farmacia, a abogados que atienden casos judicializados y al personal que liquida sueldos, y todo esto paraliza el funcionamiento del hospital», aseguró el delegado.

Otra situación crítica es la que se manifiesta en el Dispositivo de Atención a la Demanda Espontánea, que recibe a las personas que llegan sin turno. Allí también se redujo drásticamente el personal, dejando las tardes casi sin atención. «Es evidente que el objetivo es vaciarlo de contenido», enfatizó Antagli.


Resistir 
El Hospital Laura Bonaparte venía creciendo de forma constante desde 2012, incorporando servicios multidisciplinarios, como salud integral, odontología y laboratorio, gracias al trabajo y dedicación de sus trabajadores. El desguace pone en peligro este legado, en un escenario en el que cada vez son más las personas que se quedan sin cobertura social o privada y recurren al sistema público de salud, con hospitales saturados de demanda.

«En este contexto, hay un plan de vaciamiento de la salud pública a nivel nacional; mientras en otros lugares ofrecen contratos a largo plazo, aquí tenemos trabajadores precarizados con contratos de tres meses, lo que impide cualquier proyecto de vida», denunció Antagli, y adelantó que las y los trabajadores «seguimos movilizándonos, realizando actividades culturales y actos que visibilicen esta situación». 

«La permanencia en el hospital y la acción política son clave para resistir. Seguiremos planificando y actuando con el objetivo de abrir esta lucha a la comunidad», concluyó.

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