9 de marzo de 2025

En marcha. Contra el desmantelamiento de las políticas públicas para prevenir violencias y desigualdades.
Foto: NA
Este 8M se conmemora en un contexto particular. La vida de mujeres y diversidades está en riesgo por un Gobierno que nos desprecia.
El desmantelamiento de las políticas públicas para desarmar las desigualdades de género y prevenir las violencias hacia las mujeres a nivel nacional, el ataque sistemático a las personas LGBT+ de parte del presidente Milei y su ejército de violentos activistas en redes sociales, el ajuste económico que empobrece con más fuerza a las mujeres y en particular a las que encabezan hogares monomarentales reflejan el desprecio libertario por nuestras existencias.
El Gobierno nacional niega la existencia de la violencia de género, mientras en el país se registra un femicidio cada 27 horas. Desconoce la brecha salarial de género, cuando las mujeres ganan en promedio un 27% menos que los varones.
Con la finalización de la moratoria previsional el próximo 23 de marzo, 9 de cada 10 mujeres no podrán jubilarse por no tener los 30 años de aportes.
El panorama parece desolador. Lo es.
Hace 30 años, cuando se realizó la histórica Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing, la delegación oficial del Gobierno argentino –siguiendo las órdenes del presidente Carlos Menem– se alineaba con la Santa Sede y los países musulmanes, los más retrógrados en términos de derechos para las mujeres. Por entonces, Argentina no aceptaba el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, rechazaba rotundamente el aborto e incluso el uso del preservativo y el concepto de familias en plural.
La articulación transfeminista en diferentes espacios, entre activistas, legisladoras, periodistas, funcionarias, académicas, dirigentes sindicales y operadoras de la Justicia hizo que en estas tres décadas se avanzara en la ampliación de derechos para mujeres y diversidades. Argentina se convirtió en faro para la región.
Hoy, Milei es verdugo de nuestros derechos y aquel pasado oprobioso de la era menemista se replica potenciado. Pero los feminismos saben de resistencias creativas, y de construcción de mundos deseables.
Este 8M volvemos a las calles con el convencimiento de que no son privilegios por los que luchamos: es por el derecho a vivir en una sociedad con equidad y justicia social, vidas dignas para todas, todos y todes.