17 de abril de 2025
La guerra comercial declarada por Trump afecta a uno de los motores económicos sobre el que centra sus esperanzas el Gobierno libertario. Incidencia en la balanza comercial energética.

Vaca Muerta. La producción del yacimiento neuquino está comprometida como consecuencia de la caída del precio internacional del hidrocarburo.
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El cambio de reglas por los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el comercio internacional puso en alerta al mundo del gas y el petróleo que se produce en Vaca Muerta. Las primeras estimaciones, a partir de la caída del precio del crudo, dan cuenta de una reducción de 1.000 millones de dólares en la balanza comercial energética de 2025. Desde YPF aseguran que a los precios actuales la producción todavía es rentable, pero las empresas que arribaron a la cuenca neuquina no están en condiciones de seguir en este escenario con sus inversiones.
La recesión a nivel global que plantean las medidas arancelarias que anunció Trump, en medio de su pelea con China, impactó de lleno en el precio del petróleo, descontando una menor demanda ante una economía que cae; sumada la mayor producción de los países que integran la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). El precio del hidrocarburo se contrajo en el orden del 34% desde el 15 de enero pasado, cuando llegó a los 82 dólares. Actualmente opera en el rango de los 60 dólares para el barril de Brent.
En el Gobierno neuquino entienden que el marco de rentabilidad todavía sostiene a la mayoría de las operadoras. En una de las más importantes, YPF, dan por hecho que las señales hasta el momento ratifican la necesidad de «no tomar decisiones apresuradas» en un marco de volatilidad.
El petróleo Brent, uno de los principales referentes en el mercado energético global, experimentó fluctuaciones significativas en su precio durante los últimos dos años, producto de una combinación de factores económicos, geopolíticos y de mercado. En 2023, su precio mostró una tendencia de recuperación tras los efectos de la pandemia de covid-19, que había provocado una caída drástica en la demanda global de energía. A esa altura, las operadoras de Vaca Muerta transitaban los primeros tramos de una expansión consistente de la actividad con resultados auspiciosos de la producción, que aún continúa.
A medida que las economías comenzaron a reabrirse y la actividad industrial se reactivó, la demanda de petróleo aumentó, llevando los precios a niveles más altos. Durante este período, el Brent osciló entre los 70 y 90 dólares por barril, dependiendo de las tensiones en la oferta y la demanda. Uno de los factores clave que influyó en los precios fue la política de producción de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados). Sin embargo, ahora la OPEP adelantó un incremento de la oferta en los primeros meses de 2025. Este movimiento, combinado con temores de una desaceleración económica global, generaron una presión bajista en los precios.
El principal impacto de esta situación se sintió en los contratos a futuro. Los mercados van asegurando su demanda con contratos para los próximos meses en base a lo que planifican para su producción. Esos contratos futuros son los precios que vemos del barril. Con el precio en ese nivel, apenas si alcanza para afrontar los costos de producción medios en Vaca Muerta.
Impacto
Si se sostienen las condiciones que pasaron a dominar el escenario, los proyectos de expansión y desarrollo masivo del sector se exponen a retrasos debido a la menor rentabilidad esperada. Antes de los anuncios de aranceles de Donald Trump, el precio del petróleo se ubicaba entre los 75 y 80 dólares. Luego de la guerra de aranceles cotiza cerca de los 60 dólares. Goldman Sachs anticipaba un barril a 69 dólares para 2025.
«El directivo advirtió que si el precio del barril de crudo se mantiene bajo habría una reducción de alrededor de 1.000 millones de dólares de la balanza comercial energética del país, estimada por el Gobierno antes de los anuncios de Trump en 7.500 millones», señaló Luciano Fucello, analista de la consultora internacional del sector petrolero NCS Multistage. Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, buscó dar tranquilidad y aseguró que Vaca Muerta aguanta con un precio internacional del barril a 45 dólares. Esto va de la mano con los costos de producción (Opex) de Vaca Muerta que son muy bajos, ya que son de alrededor de los 5 dólares, cuando en los convencionales puede ser de hasta 50 dólares.

Barril de Brent. Antes de los anuncios de Trump cotizaba entre los 75 y 80 dólares. Hoy se ubica en 60 dólares.
Foto: Shutterstock
Según Marín, con un barril a 45 dólares Vaca Muerta es rentable para YPF, aunque esto no es así para las otras empresas, porque no todos tienen el mismo volumen ni la modalidad «factoría» en la producción de petróleo como tiene la petrolera estatal en Vaca Muerta. En las demás petroleras el break even (precio de umbral de rentabilidad) se ubica más en el orden de los 60 dólares, parecido a los no convencionales de Estados Unidos. Más allá de que YPF pueda sostener un precio internacional a 45 dólares, las otras empresas en Vaca Muerta van a estar comprometidas.
La secretaria de Hacienda de Neuquén (donde está emplazada la cuenca Vaca Muerta), Carola Pogliano, alertó que, si la crisis se extiende en el tiempo, el impacto se sentirá. «Las regalías se liquidan en función del precio internacional, así que esta caída del petróleo la afecta directamente». «El equipo de Economía lo estudió muy bien, es algo que nos afectó. Perdimos cerca del 20% del valor del petróleo en los últimos tiempos, es un 20% menos de ingresos», blanqueó el gobernador neuquino Rolando Figueroa. «Si no hubiéramos sido ordenados, no podríamos seguir construyendo un plan de obras. Ordenar para redistribuir, que no se puede hacer con lo que no se tiene», advirtió el mandatario provincial.