8 de mayo de 2025
Pequeños poblados rurales, la mayoría de comunidades originarias mapuche-tehuelche habitan, desde fines del siglo XIX, la meseta chubutense, al norte de la provincia. La población originaria trabaja desde entonces en la producción ovina, una economía familiar que combina tradicionales modos de extracción de lana con nuevas técnicas de esquila. A pesar del impacto ambiental, los largos periodos de sequía, las erupciones volcánicas y la baja del precio internacional de la lana, las familias persisten en su actividad económica. Pero la intercalan o complementan con pequeños emprendimientos de productos locales para evitar migrar hacia centros urbanos cercanos. Permanecer en su territorio y actualizar sus labores económicas tradicionales es una de las formas de la resistencia, aquella que recupera su identidad, su cultura y sus raíces ancestrales.