6 de marzo de 2013
Siguen las repercusiones por las condenas de Marruecos contra un grupo de saharauis que participaron del campamento de resistencia de Gdeim Izik. Un tribunal militar dictó 8 cadenas perpetuas y 12 condenas de entre 25 y 30 años en el caso de la muerte de efectivos marroquíes durante el levantamiento de 2010 tras el ametrallamiento del joven Nayem El Gared. Tanto la defensa como los observadores internacionales afirman que la corte no contó con ningún tipo de pruebas, nunca estableció el número de víctimas y no hizo lugar a las denuncias por torturas policiales contra los imputados. El Frente Polisario acusó a los marroquíes de «actos de provocación» y pidió «derogar las sentencias discriminatorias e injustas» y «liberar a los presos políticos».