17 de septiembre de 2025
Autoridades, gremios, docentes y alumnos enfrentan el veto presidencial al financiamiento con clases públicas, toma de facultades, asambleas y una marcha multitudinaria que promete superar las anteriores.

En movimiento. Gremios, docentes y alumnos unidos contra la decisión del presidente Milei de frenar la ley aprobada por el Congreso.
Foto: NA
El llamado a ocupar la Facultad de Filosofía y Letras y los cortes de calle en Psicología y en Sociales fueron las rápidas reacciones de las y los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires ante el veto del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento universitario –aprobada el 22 de agosto por el Congreso por una amplia mayoría–, a modo de salvataje financiero de todas las casas de estudios públicas del país.
Sus autoridades dieron la nota con la baja del campus virtual y colocaron una placa negra que rezaba en letras blancas «No al veto».
Lo mismo puede leerse en las banderas desplegadas en la mayoría de las facultades; en tanto las sedes del CBC (Ciclo Básico Común) fueron escenarios de asambleas.
La caída del acceso al sitio web de la UBA motivó el exabrupto del secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, quien en un programa de televisión amenazó con «allanar» sus servidores. Más tarde, al respecto, el Gobierno hizo una denuncia penal con poco sustento jurídico.
Parece un déjà vu, pero en realidad todo indica que esta vez la reacción será aún más contundente que el año pasado, cuando el 9 de octubre el Congreso convalidó el veto de Milei a una ley muy similar. En las provincias también se nota el revuelo. Una firme reacción de los rectores podría indicar esta vez el fin del ahogamiento económico para la educación universitaria. Por su parte, las federaciones estudiantiles, tanto la FUA como la FUBA, convocaron a clases públicas y a una gran marcha el miércoles 17.
«Desde nuestro sindicato estábamos convencidos de que se venía el veto porque es la política que ha llevado adelante Milei contra la universidad pública desde el primer día que asumió, y así lo ratificó el domingo en su discurso cuando dijo que no se iba a mover ni un milímetro del plan económico», dice a Acción Ileana Celotto, secretaria general de la AGD-UBA (Asociación Gremial Docente).
«Por eso nos fuimos preparando para enfrentar este veto, y desplegamos una semana entera de lucha en todas las facultades, laboratorios e institutos de investigación y colegios; llamamos a un paro activo y tuvimos más de 80 clases públicas durante 9 horas en Plaza de Mayo, hicimos semaforazos y asambleas intergremiales e interclaustros –enumera la dirigente–. Esto fue para ir acumulando organización, discutiendo con los estudiantes y los no docentes para llegar con la mayor movilización posible a este nuevo escenario y estar en la calle con la población que nos acompañe el día que el Congreso trate el rechazo al veto», describe Celotto. Sin embargo, destaca que no tienen «confianza en el Parlamento, que ya el año pasado le dio la espalda a la universidad pública y a los derechos de las y los trabajadores».
En tanto, la diputada porteña Vanina Biasi, que es delegada gremial de la Agrupación Bordó de Trabajadores No Docentes en la UBA, recordó ante Acción que «el gremio había avisado que si había veto había paro. Estuvimos haciendo asambleas, nuestra comisión interna es oposición a la conducción, el viernes 12 hubo paro general y el 17 marchamos con todo».
El rector de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Víctor Moriñigo, confiesa a Acción que «las universidades nacionales vemos la misma película del año pasado, cuando fuimos el primer colectivo que se enfrentó a estas políticas del Gobierno nacional y luego de dos grandes e históricas marchas pudimos sostenerlas abiertas».
En su opinión, «este año hay otro ambiente, otro ánimo, porque se han sumado otros dolores y otras luchas, como la del Garrahan y la de los discapacitados, jubilados, de los ATN y de los gobernadores, que es lo mismo que planteamos los rectores hace un año».
Consultado acerca de las estrategias para dar vuelta este veto presidencial modelo 2025, Moriñigo afirma que «la lucha en primer lugar es con la movilización del miércoles 17 a la tarde, le pedimos al Garrahan hacer juntos esa marcha ya que el tratamiento del proyecto de emergencia pediátrica será en la misma sesión, tenemos confirmación de que será a las 13». Y anticipa: «Como las universidades somos un sistema bien federal, vamos a hacer un análisis quirúrgico de cada diputado que tenemos en cada una de las provincias, estamos tratando de sensibilizarlos, en una provincia como San Luis son personas que no viven lejos, que nos cruzamos. Estamos bastante cerca, mejor que el año pasado».

Al aire libre. Estudiantes y profesores de varias facultades de la UBA mantuvieron clases en la vía pública, como en la Plaza de Mayo, a modo de protesta.
Foto: Getty Images
El rector de la UNSL e integrante del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) considera que «este Gobierno desde hace dos años que viene cometiendo el mismo error, no hay una mesa de diálogo, no hay una sola política de educación en general ni de universidades en particular, solo hay un excel que aplica recortes, porque el modelo económico no da ingresos para sostener la inversión en salud, educación, industria y comercio. No hay un plan de nada».
Desde Feduba (Federación Docente de la UBA), Darío Capelli menciona que «esta ley en sus fundamentos tiene el respaldo presupuestario, es decir que dice de dónde sacar la plata para actualizar los gastos de funcionamiento y recomponer los salarios de docentes y no docentes, incluso con una progresividad hasta 2031 para llegar al 1,5 del PIB. Es una ley incluso mejor fundamentada que la del año pasado».
El referente pone en evidencia la unidad de acción que lograron, de nuevo, para enfrentar al veto de esa ley. «El Frente Sindical Universitario compuesto por todas las federaciones a nivel nacional de trabajadores docentes y no docentes en conjunto con el movimiento estudiantil y con el colectivo de rectores del CIN vamos hacia un plan de lucha en el corto plazo que se tradujo en el paro nacional del viernes 12 –enfatiza Capelli–. En esa jornada no voló ni una mosca en las universidades porque tienen el acuerdo de todo el frente y de los equipos de gestión de cada facultad, más los estudiantes. También está previsto para esta semana, para el momento en que se trate la insistencia con la ley y el rechazo al veto, una enorme movilización que esté a la altura de las del año pasado para que esta vez el veto no pase».
Capelli advierte: «Que cada diputado sepa que habrá una plaza llena con centenares de miles en las calles diciéndole que esta vez no lo vamos a dejar pasar, el presidente sigue generando provocaciones y parece no haber entendido el mensaje de las urnas, y por lo tanto está en una situación de mayor debilidad –argumenta el docente–. Entendemos que eso el Parlamento lo sabe, pero por las dudas se lo vamos a recordar con una multitud de personas en las calles».
Ante la posibilidad de que el Congreso no logre dar vuelta el veto presidencial, la mayoría de los consultados y consultadas coinciden en destacar que el acento y todos los recursos están puestos para que eso no pase. «Ponemos toda la energía en que el veto sea rechazado, la comunidad universitaria ha sido muy respetuosa de las vías institucionales, de volver a confiar en el Congreso, de sancionar una ley, de militarla, de juntar firmas, de ir a una reunión y tratar de persuadir a los diputados y los senadores que nos han acompañado; así que todas las pilas están puestas para que nos vaya bien el miércoles», responde el rector puntano Moriñigo.
«Pero así nos vaya bien o mal, le prestamos toda la atención al Presupuesto 2026, sería una vergüenza internacional y una situación casi mortal para Argentina no tener Presupuesto por tercer año consecutivo», agregó. Moriñigo es optimista: «La universidad argentina va a tener un aliciente de sus legisladores y seguramente el miércoles nos va a ir muy bien», concluye.