Aunque la informatización de los trámites y los nuevos hábitos les exigen familiarizarse con computadoras y smartphones, solo el 30% de los mayores de 65 años utiliza internet. Cursos y capacitadores ayudan a sortear una brecha digital y generacional.
12 de julio de 2018
Desconectados. Las dificultades para la comunicación digital pueden generar aislamiento. (Alex Segre/Alamy Stock Photo)
El afiche de una campaña oficial insta a los pibes a que ayuden a sus abuelos. «Convertite en su gestor», sentencia el cartel cuya imagen muestra a un adolescente que da instrucciones a un anciano sonriente frente a una computadora. La informatización de trámites, los nuevos usos y consumos de la mano de los avances acelerados de la tecnología pueden poner en aprietos a los que peinan canas hace rato.
Según el último informe del INDEC sobre «Acceso y uso de tecnologías de la información y la comunicación», solo el 30% de los adultos mayores de 65 años usa internet, un 17% usa habitualmente computadoras, y un 56% teléfonos celulares. De los que se conectan a internet, uno de cada dos usa Facebook, la red social por excelencia de ese grupo etario. ¿Es anacrónica la idea de que los adultos mayores se llevan mal con la tecnología? Diego Morán, capacitador del programa oficial Retiro Activo, sostiene que «no es del todo acertada. A pesar de haber avanzado mucho con la alfabetización digital, aún falta profundizar con la enseñanza informática en muchos ámbitos, pero no lo restringiría a un tema de edad», aclara el especialista. «Hay un alto porcentaje que se maneja muy bien con la tecnología celular y otros que tienen un gran interés por aprender porque les molesta quedar fuera de los avances tecnológicos, del sistema», considera por su parte Graciela Brasesco, quien junto con Patricia Rolfo imparte cursos de Informática aplicada para adultos mayores en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires.
Desafíos técnicos
Quedar afuera de los avances técnicos es el gran temor de los mayores que, en general, no quieren pedir ayuda a los más jóvenes. «El problema se ve en la realización de trámites y gestiones que cada vez se apoyan más en la tecnología y que en muchos casos los obliga a hacerlos solo de esa forma. Mi propuesta para acercarse a este tipo de procesos es que se animen a comprar pasajes, reservar hoteles y gestionar servicios o productos que les generen interés, de esa forma uno se enfrenta a desafíos técnicos que quizás nunca vio con una actitud positiva», resalta Morán.
Los obstáculos no solo se presentan cuando quieran realizar trámites o gestiones administrativas. «El desafío puede ser un banco, un cajero automático, pero también puede ser contestar un mail a un amigo o a un familiar, hablar por celular con sus hijos o nietos o contestar un Whatsapp» enumera Rolfo, resaltando que esta situación, en ocasiones, puede provocar aislamiento. «Sin dudas, el teléfono (smartphone) es lo más consumido, permite que se familiaricen con el sistema operativo Android (o similares) y con el concepto de aplicaciones, sin tener que enfrentar instalaciones más complejas o problemas técnicos que pueden suceder en una PC», dice Morán. «Las redes, especialmente Facebook, suelen servir para entender conceptos vinculados con la web que luego pueden usarse en otras aplicaciones o sitios. Sin embargo, es necesario señalar los peligros de publicar información personal en una red social digital, y las responsabilidades que uno tiene como usuario», describe el especialista. Brasesco subraya que «lo que más consumen los adultos mayores son aplicaciones móviles y redes, principalmente Facebook».
Aprender para no quedar al margen parece ser la consigna, pero, ¿cuáles son las dificultades en la incorporación de las nuevas herramientas para una generación que creció de la mano de la radio y los diarios? «Tienen una gran ansiedad que a veces les cuesta manejar», resume Brasesco. «También les cuesta esperar a escuchar explicaciones y ver resultados. Les gusta y necesitan una atención personalizada, aunque toman apuntes de todo y leen con suma atención los cuadernillos que les preparamos», agrega la capacitadora.
«Es importante comprender que llevarse bien con la tecnología no solo es saber utilizar una tablet o una red social. Es una tarea de aprendizaje y exploración continua que requiere comprender conceptos más amplios –concluye Morán–. De todas formas, hoy la tecnología es más accesible al usuario, lo que ayuda a que cada vez haya menos miedo a las novedades».