30 de octubre de 2025
Nosotros
Autor: Leonardo Volpedo
Director: L. Volpedo
Intérpretes: Javier Swedzky y L. Volpedo
Sala: Espacio Leónidas Barletta
Desigualdades. Swedzky y Volpedo cuestionan la lógica digital que rige el pulso cotidiano.
El teatro de objetos pone en el centro a las cosas en lugar de a los actores. En escena, los primeros dejan de ser simples adornos y pasan a tener vida propia. A través de ellos se cuentan historias, se crean sensaciones y se piensa el mundo sin depender de la palabra. El intérprete, cuando aparece, se mezcla con los objetos y el espacio, y juntos construyen una forma distinta de mirar lo cotidiano.
En Nosotros (el remate final), el grupo Cuerda Floja Teatro, que celebra medio siglo desde su creación, lleva esa premisa al presente y convierte a los elementos de la vida diaria en testigos del poder capitalista de las plataformas digitales. A través de ellos reflexiona sobre el trabajo y la identidad en un tiempo donde la productividad se impone como forma de existencia. Una bicicleta que gira sin avanzar, un atril desde el que se intenta convencer y una pantalla que repite imágenes publicitarias, condensan la paradoja de un sistema que promete movimiento, pero reproduce quietud.
La obra, presentada anteriormente en el Festival de São Paulo y en el FIBA OF, gira en torno a dos personajes que representan lados opuestos de una misma estructura. Eduardo (Leonardo Volpedo) es un inversor inmobiliario que combina frases de autoayuda con discursos sobre el progreso personal, mientras manipula pequeños objetos que simbolizan el éxito como mercancía. Habla al público como un coach motivacional, pero detrás de su tono amable se esconde la voz del poder económico que promete bienestar mientras concentra privilegios.
Frente a él, un repartidor (Javier Swedzky) cubierto por máscaras de paloma y de oso que borran su identidad, pedalea sin avanzar, sometido a una rutina que diluye los límites entre trabajo y vida privada. La relación entre ambos muestra cómo el sistema se sostiene en esa desigualdad. Así, mientras uno obtiene los beneficios, el otro mantiene el funcionamiento del engranaje a costa de su propio esfuerzo.
Las proyecciones de emojis y frases publicitarias y de autoayuda sustituyen el lenguaje humano por estímulos breves, extendiendo sobre el escenario la lógica digital que rige la vida cotidiana. La iluminación, que alterna tonos fríos y cálidos; la música, que se repite como un algoritmo incluso antes del comienzo de la obra; y el movimiento, todo genera una tensión constante, donde lo humano y lo mecánico se entrecruzan como si disputaran el control del mismo espacio.
Esa tensión alcanza al público, que no observa pasivamente sino que participa implícitamente. Los actores lo interpelan y lo incorporan a un sistema donde el silencio y la respiración compartida se vuelven testimonio. Nosotros no busca emocionar, sino mostrar la fragilidad de los cuerpos que sostienen el sistema y la mínima posibilidad de resistencia que habita en cada gesto.
Durante 50 minutos, la obra propone un recorrido sensorial donde el poder se revela en los detalles –una mirada, una energía que se agota, un objeto que se rebela– y en los silencios que se vuelven refugio. Cuerda Floja Teatro piensa el presente desde la materialidad y la pausa. En esa transformación de lo inerte en presencia reside la potencia de Nosotros: el escenario como espacio político donde objetos, palabras y cuerpos recuerdan que imaginar sigue siendo una forma de resistencia.
