19 de diciembre de 2025
La asociación civil Las Omas es fruto de la necesidad de encontrar un espacio de trabajo, escucha y contención. Apoyo del IMFC.

Transformación. Las integrantes de Las Omas convierten uniformes en desuso en nuevas prendas y accesorios.
Camino a Chacras de la Merced es el nombre de una calle, pero también un territorio de resistencia. Allí está la Asociación Civil Las Omas (Organización de Mujeres Argentinas Solidarias), taller textil integrado por unas 300 mujeres que lograron dignidad laboral a partir de la organización –en proceso de cooperativización–, capacitación, trabajo y contención.
«Nuestra sede está en Camino a Chacras de la Merced, al este de la ciudad de Córdoba», explica Sandra Ceballos, tesorera de Las Omas, al recibir a Marta Gaitán, presidenta de la Secretaría de Género del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y del Comité de Géneros de COOPERAR. Gaitán realizó una visita institucional a la sede de esta asociación en plena obra de expansión edilicia. «Este es el taller textil, nuestra primera unidad productiva», dice Ceballos mientras recorre las instalaciones atiborradas de máquinas, telas, bolsas con insumos reciclables y manos laboriosas. «Era una tapera y logramos convertirla en este espacio contenedor con mucha ayuda de la comunidad. Acá había un basural a cielo abierto, una bomba de tiempo ambiental que contaminaba a los vecinos causando muchas enfermedades, y desde que empezamos con nuestra organización fuimos de a poco logrando mejoras como agua de red, ampliación de la planta de líquidos cloacales y transporte público», asegura Ceballos.
Durante la visita, Ceballos muestra lo que producen estas mujeres a partir de material donado por grandes empresas de Córdoba, que entregan los uniformes corporativos usados para su reciclado: «Por ejemplo –dice Ceballos–, con los chalecos hacemos materas, con el jean y gabardina fabricamos fundas para notebook y así una cantidad grande de objetos diversos que las mismas empresas también nos los venden entre sus empleados, los comercializamos nosotras por nuestra cuenta o en ferias y eventos».
Todo comenzó a gestarse en 2011. «El núcleo de inicio de Las Omas fue que estas mamás traían a sus hijos a la escuela de Chacras de La Merced y se quedaban en una plaza a esperar a que ellos salieran de clases –relata Ceballos, quien también como comunicadora social se integró a ellas desde los comienzos–. Tres mujeres militantes sociales del lugar lograron que pudieran refugiarse estas madres en el salón comunitario, mientras aguardaban a sus niños, y así entre mate y mate fueron creando vínculos y se produjo un intercambio de saberes entre ellas. Así empezaron los talleres». Empezaron a visibilizarse haciendo eventos muy convocantes, como la Primera Maratón Benéfica en el Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba. Con el dinero obtenido se compraron las primeras máquinas de coser industriales. También hicieron cursos y charlas con perspectiva de género, intervenciones artísticas en la vía pública, desfiles de modas, ferias, entre tantos eventos que dieron una gran visibilidad a esta organización sociocomunitaria, emblema de la fuerza colectiva reunida con el objetivo del bien común.

Reciclar y construir. El armado de fardos de envases Pet para bioconstrucción es otra de las iniciativas.
Unión y crecimiento
«A mí las Omas me cambiaron de millones de formas –expresa Teresa Pérez, trabajadora en este taller textil–, principalmente por estar rodeada cotidianamente de muchas personas con las que aprendemos cada día más y a las que puedo contarles mis penas y alegrías». Otra Oma, María Argentina Martínez, dice: «Yo hace 17 años que estoy acá de la mano de mi nieta que se quedó sin mamá –remarcó–, lo que me cambió es haber entrado a tantos cursos y compartir viajes. No sé qué sería mi vida si no estuviera aquí». Haciendo una pausa en su tarea quiso sumar su voz Cyntia Sánchez: «Imposible definir qué son las Omas en pocas palabras –dice entusiasta–. En mi caso pude tener mi propio trabajo y plata, que es mucho para una mujer. Relacionarme aquí con tanta gente abre la cabeza y me ayudó a resolver cuestiones que por ignorancia no podía y cambió mi vida».
En la sede central se dictan talleres diversos: computación, herramientas digitales, costura, macramé, pintura en tela, tejido; e incluso capacitación en tareas de albañilería, lo que les posibilitó ayudar a construir la sede que las contiene. A estas mujeres se les brinda también la posibilidad de cursar estudios primarios y secundarios facilitando el traslado al sitio de cursado.
«Siento que estamos logrando el sueño que teníamos al iniciar esta asociación que es conseguir como institución ser un puente para crear trabajo seguro y digno, que promueva independencia y autonomía, lo que produce transformaciones genuinas», remarca Ceballos.
Parte del sueño también es la obra en construcción que están finalizando: «En nuestra sede podremos centralizar todos las diferentes unidades productivas en 1.500 metros cuadrados de terreno; habrá una área administrativa y módulos que albergarán las unidades de taller textil; gastronomía de catering para eventos y fardos de envases Pet para bioconstrucción».
Al finalizar la visita, Marta Gaitán sostuvo: «Con las Omas nos cruzamos en cada instancia donde el asociativismo, la economía social y el intercambio de experiencias nos convoquen. Ellas han participado en los talleres de gestión y comercialización de cooperativas textiles en nuestra sede el IMFC y ahora estamos informando sobre la conveniencia de convertir la asociación en cooperativa de trabajo».
