Entramado solidario

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Con el título «La ESS como herramienta de transformación», la filial La Plata del IMFC y la cátedra libre Manifiesto Argentino convocaron a un panel donde integrantes de entidades de la economía social de la zona relataron su historia y su presente.


Labor mancomunada. Gil (de pie), junto a Villanueva, Rodríguez, Palacios y Merlo. (SEBASTIÁN CASALI)

La ESS (economía social y solidaria) como herramienta de transformación» fue el título de la actividad organizada por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos filial La Plata y la Cátedra Libre Manifiesto Argentino. Ricardo Gil, presidente de la sede platense del IMFC y Hugo «Lito» Merlo, de el Manifiesto, fueron los anfitriones del encuentro que se propuso compartir la experiencia de tres iniciativas construidas a partir de la solidaridad y la cooperación: la Cooperativa de Diarios, Revistas y Afines de La Plata; la Cooperativa de Barrios de Productores La Falcone y el Gigante del Oeste.
La primera es una organización nacida en 1955, cuando un grupo de canillitas crearon un sindicato, con la idea de defender su fuente de trabajo. Con más de 60 años de experiencia, está conformada por 400 asociados que se encuentran atravesando una situación compleja: en la era digital, la sustentabilidad de sus puestos de venta decayó y como si fuera poco, según el secretario general del sindicato, Carlos Palacios, los clientes están perdiendo su capacidad de compra y el gobierno actual no apuesta a su desarrollo. «Transcurrimos épocas de muchas luchas para mantenernos competitivamente. El rol social de nuestra cooperativa en la actualidad es formar a nuestros canillitas para que les hagan llegar otros productos a los clientes, que trascienden los diarios y revistas», afirma. Entre esos servicios figuran la carga de la tarjeta de transporte Sube y las líneas de las empresas de telefonía móvil, la venta de coleccionables y pronto podrán funcionar como correo, servicio de paquetería para compras por internet y cobro de estacionamiento e impuestos, gracias a un acuerdo logrado con el Ministerio de Trabajo de la Nación. «Los derechos se ganan colectivamente», subrayó para finalizar su intervención.

El valor de la tierra
Las otras dos experiencias compartidas son semejantes entre ellas porque están relacionadas con las demandas del derecho a la vivienda y con poner en cuestión el valor de la tierra. Marcelo Rodríguez, de El Gigante del Oeste, contó sobre el proyecto conjunto de unas 3.000 personas que se convocaron por redes sociales para solucionar su situación habitacional.
En ese entonces, resaltó, tuvieron una política pública a favor; el Programa Crédito Argentino (ProCreAr), sin embargo el valor de la tierra continuó librado al mercado por lo que tuvieron que organizarse. Juntos encontraron un macizo en la zona oeste de La Plata y lo compraron de forma colectiva entre 432 familias. No había caminos ni servicios públicos y llegaron a tomar el Palacio Municipal para que el Intendente los recibiera. Organizados en cuadras y en manzanas, se hicieron expertos en bombas de agua, compraron transformadores, negociaron con las empresas. «Todos los logros fueron colectivos» resaltó Rodríguez.
Por su parte César Villanueva, referente de La Falcone, recuperó la historia del colectivo nacido en 2008. Tras un acampe en la Avenida 9 de Julio lograron crear la Cooperativa Sin Punteros y los asociados de la zona de La Plata compraron siete hectáreas en lo que hoy se conoce como Barrio Sicardi. «Fueron muchas las asambleas para organizarnos», recordó Villanueva. Ellos también se vieron obligados a batallar contra la burocracia, contra las inmobiliarias y a poner en discusión el tema del valor de la tierra. Pudieron constituir un fondo rotativo de capital social para recrear esa experiencia continuamente. En 2012 compraron un lote en Barrio Aeropuerto y con el Plan Mejor Vivir iniciaron un proceso genuino de producción de hábitat y consiguieron que el Estado facilitara la compra de materiales con un plan para autoconstrucción. «Apostamos mucho a la participación en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), dijo Villanueva, buscamos reflejar en leyes nuestros reclamos y avanzar en conseguirlas».  

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