Eximir del IVA a toallitas y tampones y garantizar su entrega gratuita en hospitales, escuelas y centros para personas en situación de calle son algunas de las medidas propuestas para mitigar una forma hasta ahora silenciada de desigualdad.
27 de febrero de 2019
Instalación. La campaña busca reducir los costos de los productos de gestión menstrual. (Sandra Rojo)No hace tanto que se comenzó a hablar a viva voz del tema. De ese sangrado mensual que producen los cuerpos de las mujeres y también de los varones trans. Se trata de un hecho habitual que la mitad de la humanidad experimenta durante aproximadamente 40 años, y que implica, entre otras cuestiones, un gasto monetario pocas veces contemplado. El 8 de marzo de 2017, al calor del Paro Internacional de Mujeres, la organización Economía Femini(s)ta (EF) lanzó en nuestro país la campaña MenstruAcción, que busca eliminar los costos asociados a la menstruación. Más tarde la prédica llegó al Congreso de la Nación y a diferentes legislaturas municipales. La diputada nacional por Libres del Sur, Victoria Donda, presentó en mayo de 2018, junto con Raquel Vivanco, coordinadora de MuMaLa (Mujeres de la Matria Latinoamerica) y representantes de EF, la iniciativa MenstruAcción a través de dos proyectos de ley que apuntan a eximir del IVA a los productos de gestión menstrual y garantizar su entrega gratuita en hospitales públicos, escuelas estatales y centros de integración para personas en situación de calle. Los «productos de gestión menstrual» son básicamente las toallitas, los tampones y también las copas menstruales (un dispositivo que contiene el flujo menstrual y luego de utilizarse se lava, se esteriliza y puede volver a usarse). Durante la presentación de los proyectos, Donda afirmó: «La menstruación continúa siendo un tema tabú en la mayor parte de las culturas, lo que implica silencio y desinformación. Con estos proyectos buscamos mitigar la desigualdad económica que ya pesa sobre las mujeres que ganamos 27% menos que los varones, tenemos mayores tasas de precarización laboral, mayores niveles de desempleo y a ello debería sumarse afrontar el costo de los productos de gestión menstrual frente a las personas que no menstrúan».
También se presentaron en varias legislaturas del país –Ushuaia, Viedma, Rosario, Salta y Ciudad de Buenos Aires, entre otras– proyectos que abogan por la provisión gratuita de los productos de gestión menstrual. Un cálculo conservador indica que cada persona que menstrúa gasta alrededor de 1.500 pesos por año en toallitas o tampones.
«No solamente son muy caros los tampones y las toallitas para personas de bajos recursos, sino que además en muchos lugares ni siquiera se consiguen fácilmente», afirma la economista Mercedes DʼAlessandro, alma máter de EF. «Además, cuando hay inundaciones, por ejemplo, no ponen el ítem de toallitas y tampones para las donaciones, y es algo muy necesario». Con respecto a la copa menstrual, DʼAlessandro señala que «algunas mujeres no pueden usarla, y muchas no tienen acceso a agua potable, hay lugares en donde es bastante difícil tener una buena rutina de higiene en esas condiciones».
Zonas de riesgo
En las áreas más postergadas de Argentina, las mujeres muchas veces utilizan retazos de tela, medias o papel higiénico para gestionar la menstruación. Esto resulta inadecuado ya que puede promover infecciones y enfermedades. En el proyecto presentado por Myriam Bregman –del Frente de Izquierda y de los Trabajadores– en la Legislatura Porteña se advierte: «El deficiente acceso a la gestión menstrual es un factor de desigualdad (…). La provisión de productos de gestión menstrual debe ser atendida por el Estado que, de efectivizarse, colaboraría al tránsito del ciclo menstrual femenino en condiciones de salubridad necesarias para todas las mujeres, en particular las trabajadoras y mujeres de los sectores populares».
La preocupación por productos de gestión menstrual accesibles para todas las personas que los necesiten gana terreno en muchos lugares del mundo. En Colombia ya hay «menstruación libre de impuestos», en Estados Unidos se logró que los tampones dejen de ser considerados un artículo de lujo (con impuestos más elevados), en España se planea liberar del impuesto a las toallitas y recientemente en la India se quitó el impuesto a toallitas y tampones. El hecho de empezar a reconocer públicamente las implicancias de la menstruación, seguramente en Argentina también nos conducirá a buen puerto.