13 de marzo de 2014
«Tenemos miedo de morir», reclamó uno de los cientos de refugiados afganos instalados desde hace más de tres meses en la iglesia de San Juan Bautista de Bruselas. Las familias de inmigrantes habían sido desalojadas de edificios públicos mientras insistían en su pedido de asilo. Tres meses atrás, cuando llegaron a la iglesia construida en el siglo XVII, los refugiados fueron bien recibidos por el sacerdote Daniel Alliet, quien les abrió las puertas –dijo– porque está en desacuerdo con las políticas belgas de asilo.