5 de mayo de 2021
Formó parte, junto con Mercedes Sosa y Armando Tejada Gómez, del movimiento que transformó la música popular de América Latina en los 60. Autor de himnos como «Canción con todos», ensambló su arte con un fuerte compromiso social y político.
Figura Ineludible. Isella fue intérprete y compositor e incursionó en la radio y la televisión. (Télam)
Se suele mencionar el inicio como cantante de César Isella cuando se incorporó en 1956 a Los Fronterizos, sin embargo su íntima relación con el canto había comenzado mucho tiempo atrás, en su infancia salteña, en la casa familiar donde había una abuela que sabía tocar la guitarra y cantar muy bien. Este nieto aprendió muchas de esas tonadas y ya en la escuela se destacaba en el coro. A los 10 años viajó con un grupo de compañeros a Chapadmalal, a la inauguración de una colonia infantil, y cantó allí ante Evita, quien le dejó el recuerdo imborrable de un beso.
Con Los Fronterizos comienza la etapa profesional, el viaje a Buenos Aires y el encuentro con músicos como Eduardo Falú o Ariel Ramírez, quien compuso La misa criolla que grabaron en 1965 junto con Jaime Torres, Chango Farías Gómez y Raúl Barboza. Poco después, en 1957, Ramírez invitó a Isella y Armando Tejada Gómez a participar de la delegación argentina al Festival de la Juventud en la URSS, en la Plaza Roja de Moscú y conoció a Horacio Guaraní.
Dejó el grupo de Los Fronterizos más interesado en recorrer el territorio americano y además ya muy vinculado con el grupo que venía animando Tejada Gómez. Recordaba Isella: «En 1963, con Los Fronterizos, habíamos ido a Mendoza y habíamos conocido en un mismo día a Atahualpa Yupanqui y a Armando Tejada Gómez, Oscar Matus, el pintor Carlos Alonso, Tito Francia, y a una flaquita tucumana, la mujer de Matus, llamada Mercedes Sosa. Me sorprendió mucho el repertorio que ellos cantaban, era diferente a lo que conocía».
En su travesía por América Latina hizo amistad con el cantautor chileno Víctor Jara, cuya más famosa canción, «Te recuerdo Amanda», Isella continuaría cantando como homenaje al artista asesinado en el Estadio Nacional. Por el año 1969, habiendo visto de cerca sitios y gente de Nuestra América, iba a nacer la canción más famosa. Bastaron pocas horas para que junto con Tejada Gómez compusieran «Canción con todos», grabada por Mercedes Sosa al año siguiente. La canción ya cumplió el año pasado sus bodas de oro, fue traducida a decenas de idiomas, se convirtió en una especie de himno, reconocido por la UNESCO y propuesto como tal para la UNASUR. A la letra original, la que se inicia con el famosísimo verso: «Salgo a caminar por la cintura cósmica del sur…» para luego mencionar varios países (Perú, Bolivia, Brasil, Chile), ante la inmensa difusión, Tejada Gómez agregó otra estrofa: «Ciñe el Ecuador/ de luz Colombia al valle cafetal/ Cuba de alto son/ nombra en el viento a México ancestral/ continente azul/ en Nicaragua busca su raíz/ para que luche el hombre/ de país en país por la paz».
Basadas en el personaje Juanito Laguna, de Antonio Berni, varios importantes músicos compusieron canciones y se editó un álbum con láminas y disco. Pero fue en 1977, con lo cual Juanito, como dijo Isella, fue secuestrado por la dictadura cívico-militar argentina. Isella hubo de exiliarse y a su regreso en 1983 volvió a oírse su voz en tantas recordadas canciones, entre ellas los poemas musicalizados. En el recital «Canto a la Poesía», Isella, Víctor Heredia y el cuarteto Zupay entonaron poemas de Pablo Neruda, María Elena Walsh y José Pedroni. Estuvo también la labor radial y televisiva, siempre en favor de la amplia difusión de músicos. Dedicó discos de homenaje a Atahualpa Yupanqui y Alfredo Zitarrosa, y musicalizó poemas de Nicolás Guillén, a quien conoció en Cuba en 1974. También retornó a Cosquín, cantó con Horacio Guaraní, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Daniel Viglietti a los que hay que sumarles todos los que se reunieron en el álbum de 1993 para entonar «Canción con todos». En 2007 celebró un aniversario: 50 años de simples cosas, alusión a otra de sus más conocidas canciones: «Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida…».