6 de mayo de 2021
Héctor Cabello Reyes
Suárez y Goity, médico y falso paciente.
Un hombre (Gabriel Goity) entra por primera vez en el consultorio del psiquiatra (Jorge Suárez), pero en realidad es el marido de una paciente que lo acaba de abandonar. El falso paciente culpa al médico por inducirla a la ruptura matrimonial y llega al consultorio dispuesto a inmolarse, literalmente: tiene una granada escondida y, si no logra su cometido, amenaza con hacerla estallar. Por supuesto, todo en clave de comedia, un bálsamo para estos tiempos difíciles, de la mano de dos grandes intérpretes. Cada uno tiene muy claro su rol: el profesional intenta apelar a sus conocimientos para apaciguarlo, mientras que el otro lo acusa de estar enamorado de su mujer. Mientras tanto, el consultorio sigue funcionando, llegan distintos pacientes (Daniela Pal, Ricardo Cerone), incluso la tercera en discordia, la mujer que quiere rehacer su vida (Julieta Vallina), lo que provoca las situaciones más desopilantes y absurdas, en las que el psiquiatra exterioriza fobias que intenta maquillar, mientras el esposo amenaza con detonarse sin importarle nada. En ese duelo de colosos, Suárez resulta más eficaz y fluido en ese papel (ya había encarnado a Freud en La última sesión), mientras que Goity, en el afán por enfatizar los desbordes de su personaje, cae en una exageración que orilla el ridículo. Lo escucho es una obra aceptable, que logra cumplir sus objetivos, que hace reír apelando a lugares comunes. El público acompaña y disfruta de una dupla que se entrega a pleno. (Metropolitan Sura)