3 de septiembre de 2021
El demócrata Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ordenó reunir todos los recursos posibles para «garantizar que las mujeres en Texas tengan abortos seguros y legales», tras la entrada en vigor de una ley estatal que prácticamente prohíbe esta intervención, y ante la decisión del Tribunal Supremo de no bloquearla. El alto tribunal, que cuenta con una mayoría conservadora reforzada, no actuó contra la ley de Texas, que prohíbe abortar desde las seis semanas de gestación y tiene una serie de polémicas aristas. Por ello, Biden pidió al Consejo de Políticas de Género y a la Oficina del Abogado de la Casa Blanca que lancen «un esfuerzo gubernamental integral» para responder a la resolución del Supremo. A juicio del mandatario, la decisión judicial es «un asalto sin precedentes a los derechos constitucionales de las mujeres» garantizados en el fallo de 1973 en el caso de Roe contra Wade. La ley, además, castiga a quien ayude a una embarazada a abortar infringiendo la prohibición.