27 de marzo de 2015
La escasez de pentotal sódico está llevando a varios estados norteamericanos a buscar nuevas alternativas para aplicar la pena capital. Ante la imposibilidad de usar la inyección letal, porque Inglaterra se niega a vender el anestésico, se está proponiendo el regreso a viejos métodos como la silla eléctrica, en Tennessee, o la cámara de gas, en Oklahoma. Mientras se prueban nuevos cócteles de sustancias para las ejecuciones, los senadores republicanos de Utah aprobaron la posibilidad de retomar el fusilamiento de los condenados a muerte. El método fue utilizado hasta 2010 al amparo de la «expiación por sangre» de los pecados de las escrituras mormonas. «Siempre hemos tenido muchos más voluntarios que agentes que se negaron», dijo el representante republicano Paul Ray, uno de los impulsores de los pelotones, sobre la selección de los verdugos en ajusticiamientos anteriores.