2 de marzo de 2022
Con sede en Rosario, la cooperativa trabaja junto a artesanos del norte santafesino en la fabricación de anteojos de sol hechos de madera y alpaca.
Espacio estratégico. Aguilar en el taller de la cooperativa en el Polo Tecnológico.
JULIETA PISANO
Corría el año 2017 y Gerónimo Aguilar, profesor de historia oriundo de Reconquista y radicado en Rosario, comenzó a dar forma a una idea innovadora: crear un producto que pusiera en valor técnicas artesanales de comunidades del interior del país. Así nació Atemporal, una cooperativa que actualmente fabrica anteojos con marco de madera, pero que apunta a algo mucho más grande: potenciar las capacidades productivas que existen en todo el territorio argentino y poder aportarles el conocimiento de profesionales de los grandes centros urbanos para así poder generar fuentes de trabajo e ingreso y mejorar la calidad de vida de las personas que se encuentran en esos territorios.
A fines de 2019 se vinculó con una fundación que venía trabajando en el norte de Santa Fe, más precisamente en paraje San Juan, a 10 kilómetros de Villa Guillermina. «Esta localidad fue el corazón de la histórica compañía La Forestal. Encontramos que había un conocimiento en la zona del manejo artesanal de la madera. Entonces decidimos poner en valor ese conocimiento, dentro de una cadena distinta, con foco en las comunidades que estaban fuera de circuitos productivos», cuenta Aguilar. Se sumaron ópticos y trabajadoras sociales y formaron una cooperativa de trabajo junto con los artesanos y artesanas del paraje, integrando además a jóvenes egresados de escuelas técnicas del norte de Santa Fe. Los artesanos comenzaron haciendo los estuches de cuero para los anteojos y luego los armazones. «Hoy nos dedicamos al anteojo pero apuntamos a hacer más productos que pongan en valor el saber artesanal», dice Aguilar.
En ese camino fueron acercándose a otras cooperativas, como el Banco Credicoop y su Fundación, que hoy los asesora en aspectos contables y técnicos. «Ninguno de nosotros viene de experiencias cooperativas. Vamos viendo cómo nos podemos ir nutriendo, somos una cooperativa incipiente. Nos sorprendió cómo el movimiento cooperativo nos dio una mano inmediatamente», dice Aguilar.
También contaron con apoyo de programas estatales de fomento a nuevas empresas. De hecho, la cooperativa funciona hoy en el Polo Tecnológico, un espacio de gestión público-privada que se emplaza en el ex Batallón de Comunicaciones 121, un predio de varias hectáreas en la zona sur de Rosario en el que, durante la última dictadura cívico-militar, funcionó un centro clandestino de detención. «Este espacio ha sido resignificado, fue un espacio de terror y de mucho dolor, se pudo convertir en espacio de desarrollo productivo, innovación y futuro», afirma Aguilar.
Aporte colectivo
En la actualidad, Atemporal produce a través del financiamiento colectivo. En la campaña anterior, que contaba con tres modelos de anteojos hechos 100% en madera, los asociados confirmaron que la gente apoya el proyecto. «Al finalizar la campaña recibimos mensajes de gente emocionada por haber sido parte de la creación de un proyecto, ahí entendimos que las personas no eran clientes como en cualquier compra, se convierten en creadores, aportantes e inversores en el proyecto colectivo», afirma Aguilar.
La nueva colección cuenta con ocho modelos, esta vez hechos de madera y alpaca y cuyos lentes tienen protección ultravioleta, polarizado y anti-rayado. Quienes se suscriban a la preventa, desde el sitio atemporal.ar, tendrán un beneficio de 20% de descuento, cuotas sin interés y envío sin cargo. «Mirá futuro siempre» es el nombre de esta nueva edición, seleccionada como ganadora en la categoría de Diseño del Plan Anual de Fomento del Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe. «Es un empuje enorme –cierra Aguilar– porque nos ayuda a ir hacia el objetivo con mayor confianza».