Sociedad | CONTRA EL SILENCIO ESTADÍSTICO

El censo, el sexo y el género

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Adriana Carrasco

A través de preguntas sobre su identidad, el Estado hace efectivo el derecho de la población trans a responder sobre su existencia. La cautelar de la discordia.

SHUTTERSTOCK

La posibilidad de responder online es una de las novedades del Censo Nacional 2022. Otra, no menos importante, es la pregunta por la identidad de género, que incluye opciones diversas.
La planilla contiene la pregunta «De acuerdo a la identidad de género ¿se considera…?». Las opciones de respuesta son: 1) mujer; 2) mujer trans/travesti; 3) varón; 4) varón trans/ masculinidad trans; 5) no binario; 6) otra identidad/ ninguna de las anteriores; 7) prefiero no contestar; 9) ignorado.
La pregunta se incorporó en consonancia con la Ley 26.473, de Identidad de Género. En su artículo 2º, la norma define a la identidad de género como «la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo».
El censo también incluye una pregunta por el sexo asignado al nacer. Allí las opciones de respuesta son: 1) mujer/femenino; 2) varón/masculino; 3) X/ninguna de las anteriores.
De espaldas a la legislación argentina y al paradigma de derechos humanos, un pequeño grupo de feministas transexcluyentes solicitó en marzo una medida cautelar autónoma ante el Juzgado Federal en lo contencioso administrativo N°12. Se presentaron «en tanto mujeres (hembras de la especie humana, seres humanos y personas adultas de sexo femenino)» para solicitar que en la pregunta por la identidad de género «se sustituya la opción “mujer trans” por “feminidades trans” y se elimine la opción “varón trans”, quedando como opción la ya existente “masculinidades trans”». Afirman que «mujer» y «varón» son sexos y no identidades de género, y que no existen las mujeres trans ni los varones trans.
A través de esta presentación, este grupo pretendía que un juzgado revocara el derecho civil de la población trans a responder sobre su existencia y sus condiciones de vida en el censo nacional. En la actualidad existe en la Argentina un fuerte silencio estadístico sobre esta población, lo que redunda en dificultad para aplicar políticas públicas. El censo 2022 es una instancia para ir saldando paulatinamente ese silencio.
¿Quiénes solicitaron esta medida cautelar? Feministas transexcluyentes que manifiestan que se encuentran «habilitadas para reclamar tutela efectiva para evitar la disolución de la categoría mujer que se va consumando silenciosamente a través del dictado de normas que aparentan ser secundarias pero todas juntas y simultáneamente conducen a ese resultado: la anulación jurídica de la categoría mujer».
¿Qué es el feminismo transexcluyente? Se trata de un sector pequeño del feminismo más tradicional, integrado por mujeres profesionales y estudiantes universitarias de sectores medios, que aboga por la quita de derechos a la población trans y le niega participación dentro de los feminismos.
La filósofa argentina Julieta Massacese (UBA), explica que «los feminismos transexcluyentes comenzaron a formalizarse hacia 1978 en Estados Unidos. Comenzaron expulsando a las personas trans de actividades feministas. Pero la sigla en inglés que hoy usamos para identificarlos, TERF (Trans Exclusionary Radical Feminist), surgió 30 años después».
En nuestro país, la Ley de Identidad de Género fue producto de una larga lucha del movimiento LGTB+. El reconocimiento de la identidad de género es un derecho humano, por lo que la legislación argentina ampara el desarrollo libre de la persona y el trato digno conforme a esta identidad. Y la incorporación de la pregunta por la identidad al Censo Nacional 2022 está en consonancia con esa norma, de cuya sanción se cumplieron 10 años

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