20 de septiembre de 2022
La cooperativa de ciclologística con base en Madrid, España, va por un proyecto sostenible, además de la meta común:
desplazar al algoritmo de la gestión del trabajo.
Equipo. Tienen 58.000 kilómetros recorridos y casi 19.000 pedidos entregados.
MARINA TURRIÓN/LA PÁJARA
Los números hablan y son una indiscutible carta de presentación: 18.700 pedidos entregados; 58.000 kilómetros recorridos; 11.600 kilos de dióxido de carbono ahorrados y cero explotación laboral. La Pájara en Bici, cooperativa de ciclologística con sede en Madrid, España, que es la que exhibe las cifras, revela con las cantidades el objetivo del emprendimiento: poner a las personas y no a la rentabilidad en el centro de su negocio.
«Ofrecemos una alternativa local a las grandes plataformas digitales. Hemos aprendido las condiciones precarias trabajando para Glovo y Deliveroo y estamos construyendo paulatinamente un proyecto sólido y sostenible, desarrollando oportunidades de trabajo seguro y digno», expresan a la hora de poner en palabras sus metas y sin omitir los nombres propios. «Fomentamos la autoorganización y la gestión democrática para apoyar el consumo responsable y el comercio de proximidad, cuidando las relaciones con nuestros clientes y colaboradores», completan, dejando asentado, también, que solo utilizan bicicletas y que apuestan en Madrid y alrededores a un modelo con cero emisiones.
En un alto del reparto, junto a su bici y a través de la pantalla del teléfono, Christian Osuna, integrante de La Pájara, refiere a CoopCycle como el empuje tecnológico que la idea necesitaba en su desarrollo. «Un proyecto no solo técnico y digital; no solo un algoritmo, sino el mismo motivo o justificación laboral para reunir a trabajadores del reparto en bicicleta y gestionar su propio esfuerzo y economía», sentencia. CoopCycle nació en Francia como una federación de cooperativas de entregas en bicicleta con el objetivo de reducir los costos, mutualizar los servicios y defender los derechos de los repartidores, presente en una treintena de ciudades europeas y también en la Argentina, de la mano de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (Facttic).
«Una primera cosa que me gustaría contarte es la importancia de la entidad municipal Mares Movilidad en el desarrollo del proyecto», explica Osuna, consultado por la historia de La Pájara, y aludiendo al programa de fomento de iniciativas en el marco de la economía social y solidaria del ayuntamiento de Madrid. Asimismo, reconocen los intentos del anterior Gobierno de la ciudad por impulsar la economía sostenible y ecológica.
¿Cuánto se invirtió para empezar el proyecto? «No puedo decirte cuánto exactamente; pero puedo pensar que se inició con las aportaciones básicas al capital social de quienes lo arrancaron. Y con el trabajo de los primeros pedidos y colaboraciones con entidades. También se puso en marcha una campaña de crowdfunding que dio muy buen resultado y permitió adquirir alguna bicicleta de carga y mantener las arcas humildemente solventes en los últimos períodos», contesta Osuna. Consultado por la competencia con los gigantes del mundo de las plataformas como Rappi o Pedidos Ya, el asociado se sincera: «Pues lo hacemos mal. Es claro que nos ganan». Lo cierto es que remarcan la importancia de la información y la concientización del consumidor como esencial para la iniciativa. «La realidad económica del proyecto es que se sostiene día a día, mes a mes. En un equilibrio delicado y peligroso, claro», concluye Osuna.