14 de octubre de 2022
El nuevo régimen de divisas se centra en un esquema que incentiva las exportaciones de servicios de empresas de software y de la industria del conocimiento.
Exportaciones. Se pretende elevarlas de los 7.000 millones de dólares por año a unos 10.000 millones.
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Con el objetivo de continuar con el envión de ingreso de dólares que generó el tipo de cambio diferencial para el complejo sojero, el Gobierno apuesta a la inversión del sector tecnológico. Este mecanismo tiene un menor costo en las cuentas públicas que el otorgado al sector agroexportador, dado que no se ofrece un tipo de cambio distinto sino el acceso a una porción de las divisas que ingrese el sector como inversión o por incrementales de exportaciones para el pago de salarios y dividendos. Las empresas lo festejan, pero los programadores todavía tienen dudas sobre su implementación.
El esquema lanzado por el Gobierno busca fomentar las inversiones, por lo cual las empresas con proyectos superiores a los 3 millones de dólares podrán retener en billetes verdes, sin pasar por el Mercado Único y Libre de Cambios, hasta un 20% de las divisas que pudieran ingresar en concepto de Inversión Extranjera Directa (IED). También habrá beneficios para la exportación con la posibilidad de conservar en dólares hasta el 30% de lo que generen por ventas incrementales. Estas deberán afectarse exclusivamente al pago de remuneraciones de personal en relación de dependencia. Las empresas pueden adherir al nuevo régimen hasta el 30 de junio de 2023, mientras que cuentan con un plazo de 24 meses para llevar adelante las inversiones, vigente desde la aprobación del proyecto y prorrogable hasta por otros 2 años.
La expectativa oficial es elevar el volumen de exportaciones del sector de los 7.000 millones de dólares por año a unos 10.000 millones. «Aspiramos a que este sector se consolide como el tercer complejo exportador de la Argentina», afirmó el ministro de Economía, Sergio Massa, al anunciar el programa dólar-tecno.
En foco
El programa de incentivos está orientado a empresas de la economía del conocimiento. Desde el equipo económico confirmaron que tanto la libre disponibilidad del 20% de las divisas que ingresan al país por proyectos de inversión dirigidos a exportaciones, como el 30% de las divisas, fruto del incremento de las ventas al exterior, son acumulables. Este primer punto del programa está centrado en las inversiones y es muy similar al ya aplicado en el sector petrolero (y que se replicará también para la minería). Con este objetivo se hará una transferencia por única vez del bono de crédito fiscal sobre las contribuciones patronales, exclusivo para las empresas inscriptas al Régimen, que realicen exportaciones que representen al menos un 70% de la facturación anual. Los dólares obtenidos podrán ser aplicados al pago de capital e intereses de pasivos comerciales o financieros con el exterior; el pago de utilidades y dividendos que correspondan a balances cerrados y auditados; a la repatriación de divisas de no residentes, o a las inversiones alcanzadas por el régimen.
«Las exportaciones de Servicios Basados en el Conocimiento en el primer trimestre del año superaron el 25% frente al mismo período de 2021, alcanzando un total anualizado de 6.900 millones de dólares», explicó el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk. El nuevo régimen se suma a los estímulos fiscales que ya ofrecía la Ley de Economía del Conocimiento para las empresas inscriptas, más de 540, de las cuales 327 son exportadoras.
Monotributo tech
Sujarchuk confirmó que el Gobierno envió al Congreso un proyecto de ley de «monotributo tecnológico y de talentos», que «permitirá que los trabajadores individuales que exportan servicios al exterior puedan tener una herramienta para facturar sus servicios y cobrarlos en dólares», detalló el funcionario. Este nuevo esquema simplificado estará especialmente dedicado a trabajadores independientes («freelance») que cobran en dólares, enfocado, por ejemplo, en quienes hacen programas, software u ofrecen horas de programación para una empresa del exterior. También comprenderá a otros grupos de profesionales no vinculados de forma directa con la tecnología, como los periodistas que trabajan en relación de dependencia y que realizan colaboraciones para medios extranjeros. Los monotributistas y autónomos ya tienen un límite para exportar y no ser pesificados de 12.000 dólares anuales.
De acuerdo con cifras de la Cámara de la Industria Argentina del Software, estos estímulos permitirían al sector «ser una industria que aporta el 5% del PIB y 600.000 puestos de trabajo para el año 2030». El nuevo régimen anticipa además, la formación de al menos 350.000 programadores en el transcurso de los próximos cinco años.