30 de junio de 2016
Golpes. Croacia ante República Checa. (Ksiazek/AFP/Dachary)
El odio nacionalista fue la nota que marcó la Eurocopa, que se desarrolla en Francia. La violencia de grupos de extrema derecha como el Orel Butchers ruso o el Carpathian Brigade húngaro se combinó con la de hooligans llegados de otros países. Las expulsiones y amenazas de la UEFA no opacaron hechos graves como los insultos y burlas de hinchas ingleses contra cuatro niños gitanos que pedían limosna, la decisión de la federación croata de permitir que sus aficionados canten un himno racista que reivindica a Bosnia como parte de su territorio o las pintadas en una de las casas del entrenador de Francia, Didier Deschamps, acusado de racista por no convocar a jugadores de origen norafricano, son algunas de las tristes imágenes del torneo.