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Un grupo de trabajadores formó una cooperativa y se hizo cargo del histórico semanario local El Correo, tras el abandono de sus dueños. Información local y regional de gran valor para la comunidad.

Equipo. El grupo de cooperativistas a cargo del valioso legado de un medio regional que en octubre cumplirá 110 años.

Foto: Gentileza

A ocho años de la conformación de la cooperativa, El Correo de Firmat sigue saliendo a la calle. Ya no como semanario, como lo pensaron, allá por el año 1914, sus fundadores, los militantes socialistas Fernando y Enrique Toscano –tío y sobrino–, pero con la misma convicción: hacer periodismo local y regional en Firmat. Esta ciudad santafesina se encuentra a 100 kilómetros de Rosario, bien al sur de la provincia, y tiene unos 25.000 habitantes.

 En el camino de la recuperación de la empresa, los trabajadores contaron con el apoyo de cooperativas aliadas como La Masa, de Rosario, y el apoyo de sus lectores. «No teníamos un peso, pero al ser un medio tradicional tuvimos el acompañamiento de la municipalidad y de algunos más que nos ayudaron a continuar, hasta que fuimos adquiriendo nuevamente la dinámica y dándole forma a la economía del periódico», dice Mariano Carreras, uno de los socios fundadores del medio, actualmente secretario de la cooperativa.

El Correo de Firmat tiene presencia periodística en varios pueblos de la región, por lo tanto aborda temas locales y nacionales con miradas, voces y anclaje regional. Hoy son seis los integrantes del medio que, además de ser fuente de trabajo para esas familias, da un servicio a su comunidad. Se interesan por temáticas políticas, sociales, culturales y deportivas. Además de la versión papel que actualmente sale una vez al mes, cuentan con una página web de actualización diaria, elcorreodigital.com.ar, hacen un uso activo de las redes sociales y generan contenido audiovisual. «Los medios de los grandes centros urbanos muy excepcionalmente van a hablar del deporte, la cultura o los problemas sociales, sanitarios o ambientales que impactan en esta zona. Esa es nuestra función: hacer periodismo regional, mantener a nuestra comunidad informada de los temas que nos importan», explica Mariano. 

 «Al principio de la cooperativa yo estaba desconcertada y sin saber cómo seguía esta historia, pero muchos de los integrantes veníamos trabajando juntos y el conocernos también hizo más fácil todo lo que vino», comenta Julieta Martínez, diseñadora gráfica y presidenta de la cooperativa, de la cual forma parte desde sus inicios. Julieta trabaja en El Correo de Firmat desde 2006. 

Estefanía Gutiérrez también trabaja en el medio desde 2006. Empezó como pasante y una vez que se recibió de periodista decidió quedarse; actualmente es la tesorera de la cooperativa: «Acá sigo, ejerciendo mi profesión y aprendiendo cada día más sobre el movimiento cooperativo».

Vínculos. Visita de estudiantes a la redacción de «El Correo», una de las acciones de integración institucional.

Foto: Gentileza

«A siete años de nuestro comienzo puedo decir que esta experiencia personalmente me transformó por completo. Es muy motivador para mí ir a trabajar todos los días sabiendo que me voy a encontrar con gente positiva, tratando de encontrarle la vuelta a todo». Sobre todo, cuando el presente no es nada alentador para un medio de comunicación cooperativo. Producto de la suba de costos en los últimos meses, el papel debió dejar de salir semanalmente y se convirtió en un mensuario. Esta situación coyuntural se sumó a la pérdida de lectores en papel: «Tenemos un grupo de suscriptores fieles, pero sinceramente eso va descendiendo lentamente con el paso de los años», asegura Mariano.

«La crisis económica y el cambio de época nos tiene caminando por la cuerda como equilibristas. Para nosotros la pauta nacional nunca fue muy significativa (en cuanto al monto), pero igualmente nos afectó porque perdimos un ingreso mensual que sumaba a nuestra economía», reconoce Mariano.

¿Cómo sobrellevar esta crisis del periodismo gráfico a nivel mundial, y de la Argentina en particular? «Las estrategias que pusimos a funcionar –adelanta Marino– son las mismas de siempre: tener presencia en la comunidad, hablarles de igual a igual, que la gente se sienta parte de El Correo. Articular con gobiernos, instituciones, empresas y lectores de la región, para que nos acompañen. Somos un diario digital, un mensuario gráfico y un medio que articula con escuelas, bibliotecas, clubes y grupos culturales. También lo hacemos con cooperativas», responde el secretario de la cooperativa.

En octubre el medio cumplirá 110 años. «El Correo de Firmat –dice Estefanía– tiene un valor social y comunicacional impresionante en nuestra ciudad. Desde siempre el objetivo fue informar lo que pasa, y lo seguimos haciendo. Hoy de manera diferente, sin dudas, con los cambios tecnológicos y con las redes sociales de por medio, pero con la misma convicción y compromiso».

«Recibimos como legado este medio que es parte de la historia de la ciudad y la región. Fue un compromiso y un desafío seguir e ir mutando a los nuevos soportes digitales sin dejar de lado la tradición y el público lector de papel», agrega Julieta.

Hay logros que alientan en el camino: en 2023, El Correo de Firmat logró, junto a otras cooperativas, tener la primera cooperativa escolar. «Nosotros hacemos mucho énfasis en promover la organización y los valores cooperativos porque existimos gracias a que somos cooperativa», afirman convencidos. 

«Firmat es una empresa recuperada. Nunca la tuvimos fácil, pero seguiremos adelante porque es lo que deseamos hacer: un medio cooperativo», dice Mariano. «A mis 50 años, soy una orgullosa mujer cooperativista, que desempeña su profesión junto a un grupo de gente de una calidad humana y profesional excepcional», concluye Julieta.

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