25 de diciembre de 2025
Desde 2020, la cooperativa de trabajo Miradas crece fuertemente. Visita del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos para estrechar vínculos institucionales.

Equipo y familia. Ramírez sumó al grupo cooperativizado a su hija y marido, con quienes armó un esquema de trabajo virtuoso.
En los altos de una casona reciclada cerca del centro de Córdoba capital, está la sede y el taller de la cooperativa de trabajo Miradas Textil. Allí se produjo un encuentro entre María Ramírez, presidenta; Rocío Rodríguez, vocal; Andrea Vargas, síndica; y Sergio Rodríguez, vicepresidente; que recibieron a Marta Gaitán, integrante de la filial Córdoba del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, presidenta de la Secretaría de Género del IMFC y del Comité de Géneros de Cooperar. En ese marco, ntercambiaron información sobre la coyuntura de la empresa, de la economía social y estrecharon vínculos institucionales.
«Acá armamos también nuestro salón de ventas, al que tuvimos que incorporar muchas más estanterías para acomodar los productos nuevos», expresó María Ramírez, habilitando espacio entre telas y maquinarias, mientras desplegaba en una visita guiada improvisada una exhibición de lo producido por esta cooperativa, que comenzó a inicios de 2022. «Yo siempre me dediqué a la costura y una conocida mía me propuso trabajar juntas por la necesidad en común que teníamos, que era ganar dinero en nuestras casas mientras cuidábamos de mi hija enferma y de sus hijos adolescentes», agregó Ramírez.
Empezaron fabricando camperas y capas livianas, les fue bien vendiendo en ferias barriales, entonces hicieron una inversión en telas y eso les dio impulso. Continuaron con capacitaciones en la Academia de Mujeres Emprendedoras y entraron en una selección de proyectos. «Nos premiaron con un capital inicial con el que compramos telas para hacer uniformes escolares y de allí en más nos fue cambiando la manera de organizarnos para crecer», recordó Ramírez. En el camino aprendieron a definir unidades de negocios, adquirieron nociones de cooperativismo, y se interiorizaron en temas como organización de un plan de ventas, manejo de redes sociales y visualización de productos.
Desafíos y proyección
El encargo de uniformes –camperas y remeras– escolares les significó ganancias sostenidas y la necesidad de sumar a más personas, con el fin de constituirse en cooperativa. Así lo cuenta su presidenta: «En 2024 nos conformamos en cooperativa de trabajo, el crecimiento fue notorio y nos acompañó también el Ministerio de Economía Social Empleo y Desarrollo Social de la provincia de Córdoba, que nos vino a conocer y nos otorgó tres máquinas, una recta industrial, collareta y remalladora. También nos encargaron el corte y confección de frazadas. Se nos abrieron muchas posibilidades y vimos caminos diversos que podíamos tomar, también interactuamos con el Ministerio de Cooperativas y Mutuales de Córdoba, al que le solicitamos ayuda para obtener máquinas sublimadora y bordadora, así concentramos todas la producción en nuestra cooperativa sin tercerizar», relató Ramírez, que sumó al grupo cooperativizado a su hija y marido, con quienes armó un esquema de trabajo virtuoso.
Rocío Rodríguez fue la encargada de desplegar sobre un mesón de trabajo las creaciones que marcan el estilo de la cooperativa y los productos que derivaron después: «Estos son nuestros buzos y los tenemos puestos porque son identidad de Miradas Textil», dijo Rocío, haciendo hincapié en que los fabrican totalmente con material reciclado que obtienen en el Centro Verde Telas, depósito municipal de retazos textiles. «Nosotros –afirma– hacemos confección total a partir de diseños básicos sobre los que vamos creando variantes. Lo que nos caracteriza como cooperativa es que no paramos de producir, así que tenemos vestimenta para toda la familia, pero complementamos con ropa de cama, almohadones, acolchados, bolsos y mochilas y también colchonetas para mascotas».
El tercer integrante familiar de Miradas Textil es Sergio Rodríguez, quien decidió dejar su trabajo en relación de dependencia en una repartidora de gas envasado para sumarse a esta cooperativa: «Costó mucho renunciar a mi trabajo porque me gusta moverme en la calle; pero bueno, comencé a financiar un poco a la cooperativa y después ayudaba a cortar y al fin me pidieron que saliera a vender afuera y allí encontré lo que me apasiona, porque yo te vendo lo que me des –dice–, llevo nuestra producción a todo festival que haya en Córdoba, ferias y ahora también hacemos a pedido de los clientes».
Al cierre del encuentro, Marta Gaitán remarcó: «Miradas Textil tiene una gran participación en la Comisión de Asociados de la filial Credicoop de Peatonal San Martín, Córdoba. Nos encontramos en las charlas institucionales del 8 de Marzo, en los debates y reflexiones sobre cooperativas, mundo del trabajo, asociativismo autogestionado y perspectiva de género. Ahora estamos apoyando el pedido de maquinarias que están gestionando ante el Ministerio de Cooperativas y Mutuales».
