Cooperativismo | CAPACITACIÓN

Puentes hacia el afuera

Tiempo de lectura: ...
Bárbara Schijman

El cooperativismo y las oportunidades de formación académica en contextos de encierro resultan claves para la inclusión social.

Esquina Libertad. Nacida en 2010, brinda servicios de imprenta, editorial, encuadernación, diseño y fotografía.

¿Cuál es el impacto de las experiencias de formación y cooperativismo en contextos de encierro? ¿Qué función cumplen estos espacios en la reinserción social de las personas privadas de libertad? ¿Cómo contribuyen estas instancias a tender puentes entre el adentro y el afuera?

De acuerdo con un relevamiento llevado a cabo en el año 2023 por la Red Universitaria Nacional de Educación en Contextos de Encierro (Red Unece), 23 universidades nacionales sostienen trabajos educativos en contextos de encierro. Las universidades desarrollan actividades académicas así como instancias de formación laboral y de oficios. De los programas que ofrecen esas universidades, el 55% son carreras de grado y el 82% ofertas académicas y formativas, entre ellas, diplomaturas universitarias, cursos universitarios de oficios, talleres, grupos de estudios y espacios de acompañamiento pedagógico.

Con respecto a cooperativas surgidas en contextos de encierro, en un informe reciente la Untref sistematizó los resultados de un relevamiento que se realizó en el marco del proyecto de investigación «Cooperativas de personas que recuperan su libertad: un análisis desde la perspectiva de la economía social, popular y solidaria» (Untref 2023-2025). Se relevaron 29 cooperativas de trabajo integradas por personas que recuperaron su libertad y familiares en el AMBA y seis cooperativas de trabajo en contextos de encierro en la Provincia de Buenos Aires (PBA). Según el estudio, «en las organizaciones que funcionan en el medio libre, la mayoría de sus integrantes (40,6%) son personas que estuvieron privadas de la libertad, un 36,8% son familiares, un 3,1% se encuentra bajo algún régimen de privación de la libertad que le permite trabajar y un 19,5% no está atravesada por conflictos con la ley penal».

«Las diplomaturas del Centro Universitario San Martín (Cusam) tienen un impacto directo en las trayectorias y perspectivas laborales y de intervención de las/los estudiantes. En tanto los talleres en artes y oficios cuentan con un valor en sí mismos y como puente, en muchos casos, para el acercamiento a la Universidad de sujetos con una trayectoria muy entrecortada, expulsiva y de aislamiento», sostiene Gisela Bustos, directora del Cusam.

Una iniciativa de la Universidad Nacional de San Martín creada en 2008 dentro de la Unidad Penal Nº48 del Servicio Penitenciario Bonaerense, en José León Suárez, el Cusam ofrece dos carreras de grado –Licenciatura en Sociología y Licenciatura en Trabajo Social– y dos diplomaturas –Arte y Gestión Cultural (EAyP) y Logística (ECyT)–, y talleres en artes y oficios. Las propuestas formativas, explica Bustos, «responden a la orientación político-pedagógica del Cusam, que nos permiten repensar al sujeto individual y colectivo desde una perspectiva crítica. Entendemos que estas propuestas van al fondo de los planteos que tenemos que hacernos como parte de la sociedad para intervenir de forma comprometida y virtuosa en materia de acceso a derechos y reconstrucción de conceptos como justicia, seguridad, libertad».

Kbrones. Surgida en la Unidad Penitenciaria Nº12 de la localidad de Gorina, confeccionan diversos productos textiles.


Una forma de vida
Ayelén Stroker es presidenta de la Cooperativa de Trabajo Esquina Libertad. Tenía 21 años cuando comenzó a transitar el camino del cooperativismo: «Arrancamos haciendo encuadernación con materiales reciclados; no teníamos nada. El Centro Universitario Devoto (CUD) fue un paraguas a propósito de la educación en contextos de encierro. Aquella idea nos permitió pensar otra forma de vida y construir fuentes de inclusión a partir del cooperativismo». En la misma línea, «el Cusam trata de construir o, más bien, visibilizar y fortalecer puentes entre el adentro y el afuera (en ambos sentidos), en primer lugar, a través de la educación, una educación crítica, pero también a través de articulaciones con otras instituciones, institucionalizando esas articulaciones, a través de prácticas y ensayos de experiencias compartidas, propuestas laborales y formativas», señala Bustos.

«Después de 15 años de vivir la experiencia de la cárcel como familiar de una persona privada de libertad y después de 15 años de construir cooperativismo», Stroker considera que «el cooperativismo es una forma de vida». Esquina Libertad es un emprendimiento cooperativo de imprenta, editorial, encuadernación, diseño y fotografía. Además, brinda talleres y asesoría en cooperativismo. Nació en 2010 dentro del CUD y funciona en distintas unidades penitenciarias y fuera de ellas. «Buscamos generar y desarrollar fuentes de trabajo mediante la inclusión social, cambiando las relaciones de producción y estimulando nuevos lazos y modos de pensar la salida laboral. Promovemos una inserción real que garantice la inclusión de liberadas/os y familiares en el trabajo como en la sociedad. Es por eso que proponemos pensar tanto el trabajo dentro del contexto de encierro como el proyecto de vida con anticipación al momento de la salida», puntualiza Stroker.

Sobre experiencias de cooperativismo surgidas en el marco del Cusam y que continúen afuera, Bustos menciona la formación de la Cooperativa de Trabajo Las Casitas, dedicada a la producción gráfica. «Se trata de una propuesta laboral para quienes recuperan su libertad ambulatoria pero también de formación y acompañamiento con la impronta colectiva y cooperativa, que además sostiene el diálogo y el vínculo con el mundo intramuros a través de diversas propuestas», describe. El trabajo cooperativo en contextos de encierro, «es vital, en lo concreto y en lo simbólico, en los resultados prácticos, pero, sobre todo, en la forma de re-pensar la vida. En una sociedad –extra e intramuros– muy marcada por el individualismo y la competencia, reconocer el trabajo cooperativo que se impone en todo lo que hacemos es la llave para re-pensarnos críticamente», reflexiona Bustos.


Salir del infierno
Julio Fuque es uno de los fundadores de la Cooperativa de Trabajo Kbrones, que surgió en 2009 en la Unidad Penitenciaria Nº12 de la localidad de Gorina, partido de La Plata, como una necesidad de un grupo de internos que participaba de un taller de marroquinería de atender una preocupación extendida: la reinserción social y laboral. «La experiencia cooperativa nos sacó del infierno; la oportunidad de aprender dentro de la cárcel nos permitió cambiar», confiesa. Y agrega: «Nuestra cooperativa nació como respuesta a la pregunta de qué íbamos a hacer cuando saliéramos en libertad, si volvíamos al pasado o si elegíamos una nueva vida, una vida diferente. Un poco a partir de estas preguntas es que decidimos organizarnos y formar nuestra propia fuente laboral. Fue así que elegimos el modelo cooperativo». En su sede en Barracas, la cooperativa hace productos de indumentaria deportiva y tiene una línea de ropa interior masculina.

También Stroker y Fuque encuentran en la acción colectiva la salida. «El cooperativismo nos da posibilidades reales de vivir de otra manera. Tanto, que el 95% de las personas que pasan por cooperativas no reincide», asegura Stroker. «El cooperativismo contiene, nos fortalece y nos hace mejores personas. El mundo cooperativo fue el que nos dio la identidad. Hay más de 250 empresas cooperativas de personas que fueron presas. Esto es muy bueno porque se ha gestado desde el movimiento cooperativo, que es una potencia», concluye Fuque. 

Estás leyendo:

Cooperativismo CAPACITACIÓN

Puentes hacia el afuera

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.