13 de septiembre de 2021
Integrada por mujeres que están o estuvieron privadas de su libertad, lanzó un proyecto editorial que muestra la situación en los penales durante la pandemia.
Libertad colectiva. En el taller se producen cuadernos y diversos productos textiles.
GENTILEZA YO NO FUI
YoNoFui es una cooperativa formada por unidades productivas surgidas de los talleres de formación dentro y fuera de la cárcel y a la vez es una organización social que trabaja en proyectos artísticos y productivos con mujeres privadas de la libertad, un colectivo que empuja los muros de las prisiones y logra una construcción solidaria que se manifiesta de muchas formas, entre ellas, a través de la escritura.
Durante los primeros meses de la pandemia surgió la necesidad de poner en palabras la situación real de las cárceles y así nació el libro Hacer vivir, hacer morir. Pliegues de un encierro que se extiende, escrito desde las cárceles argentinas entre mayo y junio de 2020, un trabajo a partir de conversaciones telefónicas y de escucha atenta.
«Una forma de poner las palabras de ellas a circular en un momento muy complicado, en algún punto fue una revancha», dice María Medrano, coordinadora de YoNoFui, que a través de su colectivo editorial Tinta Revuelta sacó a la luz seis relatos de mujeres privadas de libertad en cárceles provinciales, federales y en arresto domiciliario, en un libro que forma parte de la colección «Escrituras amotinadas» que revela no solo la realidad y la urgencia que impuso la pandemia, sino la violencia y el abandono que viven a diario. Se puede acceder al libro desde la plataforma virtual www.tintarevuelta.yonofui.org.ar y también está disponible en versión papel.
Tinta Revuelta nace a partir de un taller de escritura y periodismo en el Complejo 4 de Ezeiza. El proyecto editorial ya sacó dos números de la revista Yo Soy, con un tercero en proceso, además de una serie de libros, fanzines y distintas publicaciones. «La pandemia nos agarró fuertemente trabajando en la escritura colectiva, un proceso increíble que nos funciona y que venimos practicando», dice Medrano. Los talleres se realizan dentro y fuera de las cárceles, que se suman al trabajo editorial de escritura y edición. El colectivo, «integrado por compañeres privadas de libertad y otres no», tiene para Medrano la posibilidad de «generar nuestras propias narrativas y encontrar nuestra propia voz». Una vez por semana se juntan para leer, charlar, discutir y escribir colectivamente. Pero también generan hacia el afuera. «Estuvimos dando talleres en la Universidad Jaureche, vamos a dar un taller sobre justicias alternativas junto con la Fundación Rosa Luxemburgo, y también damos talleres de comunicación y escritura en los penales».
María Medrano resalta que Tinta Revuelta «opera como una usina dentro de YoNoFui», un lugar que genera discusiones y reflexiones sobre las prácticas del colectivo, que son el camino para encontrar su propia voz y disputar las propias narrativas «en relación a un otro que nos nombra, sean los medios de comunicación o la academia».
Casa nueva
Durante mucho tiempo, pandemia mediante, el taller de YoNoFui estuvo embalado, sin un lugar fijo donde asentarse. A fines de 2020 el colectivo pudo rearmarse y desde hace poco los talleres comenzaron a funcionar en «una casa hermosa, en Gavilán al 200, en el barrio de Flores», cuenta María y celebra que este nuevo lugar es importante porque «se sumaron más compañeras a la cooperativa, a los espacios de formación» y subraya que ese es el fin, «generar propuestas de trabajo colectivo».
Hoy están elaborando además nuevos productos, que estarán pronto disponibles en la tienda física ubicada en Bonpland 1660 que será inaugurada en breve en el barrio de Palermo, y en la tienda virtual «que estamos trabajando junto al Banco Credicoop, donde vamos a estar ofreciendo una línea nueva». Una forma de cumplir con otro de sus objetivos, promover el desarrollo económico y social de las mujeres privadas de libertad.