10 de octubre de 2024
Comenzaron como almacén familiar y se convirtieron en una cooperativa de referencia en el barrio de Villa Belgrano. Apoyo del IMFC.
Unidos. Ferrer y Valenzuela en la puerta de Mixtura, donde venden alimentos y productos de cosmética natural.
En una esquina comercialmente estratégica sobre la avenida Recta Martinolli –en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba– sobresalen los colores violeta y verde de una casona, rodeada de especies nativas, con una wiphala y un cartel que anuncia «Mixtura Almacén Natural». Se trata de la sede de la cooperativa Combinación de Sabores y Saberes.
Están a punto de cumplir una década de crecimiento en el barrio de Villa Belgrano, ofreciendo un abanico muy variado de alimentos saludables, orgánicos, veganos y también productos de cosmética natural. La cooperativa vende y produce acortando la cadena de valor, con precios justos, bajo las premisas de la economía social y solidaria.
Allí se produjo una jornada de intercambio entre los integrantes de esta cooperativa junto a Pablo Tissera y Marta Gaitán –representantes de la filial Córdoba del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos– y Nadir Nifury, asesor de la municipalidad de Córdoba, quienes reforzaron lazos institucionales, analizaron la actual crisis político social y las posibles estrategias a implementar desde el movimiento cooperativo.
«Nacimos allá por el 2015 como almacén y dietética familiar y ocupamos como salón de ventas una habitación de nuestra propia casa. Inicialmente éramos mi mamá y mi hermano con ayuda de mi papá, pero ya teniendo una fuerte vocación asociativa», relató Martín Ferrer, fundador de la cooperativa. «Se fueron sumando asociados que nos fueron consolidando como empresa social hasta que en el 2020 nos salió la matrícula y ahora somos dieciocho integrantes», detalló, y subraya que todo el proceso asociativo y de crecimiento estuvo regido por la lógica asamblearia y que nada se define de otra manera.
Hoy, Mixtura Almacén Natural es un emblema del barrio Villa Belgrano, un lugar que en otro tiempo era zona de chacras y que fue mutando su perfil al concentrarse en esa zona de grandes establecimientos educativos, hospitales de envergadura, complejos de viviendas y una vida comercial propia. El crecimiento también se reflejó en la cooperativa. «Fuimos ocupando más lugares de la casa hasta tener que crear un segundo piso con entrada independiente para alquilar consultorios e instalar Tinku, un espacio para talleres culturales», afirmó Ferrer.
Uno de los factores que aceleró la expansión fue la pandemia de covid, que les presentó el desafío de mantenerse como servicio esencial brindando alimentos saludables, buenos precios, entrega domiciliaria y otros beneficios. «Esto que hizo duplicó nuestro trabajo y amplió al doble nuestra clientela».
Unidades productivas
En el año 2021 Combinación de Sabores y Saberes experimentó una expansión y ese crecimiento les hizo consolidar otros emprendimientos vinculados, que acrecentaron el número de asociados. «Nos gusta pensarnos como una “galaxia cooperativa”, en el sentido de que empezamos a crear diferentes proyectos y nos involucramos todos en estas nuevas unidades productivas», asegura Marianela Valenzuela, presidenta. Y enumera: «Participamos de un proyecto llamado Caminantes, donde fortalecimos nuestro rubro de dietéticas. También incorporamos una línea de alimentos saludables precocidos a los que denominamos Kimun y nos abocamos a la construcción de Tinku, nuestro próximo salón de encuentros y cultura». También señala que expandieron sus ventas desde hace dos años, cuando traspasaron los límites del barrio Villa Belgrano para abastecer a localidades vecinas de las Sierras Chicas y a barrios céntricos de la ciudad como Alberdi y Nueva Córdoba. «Nuestra identidad es tan clara y la potencia colectiva siempre en sinergia nos impulsa a crecer –remarcó Valenzuela–. Estamos abriendo muchos frentes como cooperativa y enfrentando la crisis actual con mayor cohesión interna; unidos como un grupo consolidado. Estamos acomodándonos a los desafíos que se nos presentan como el de la competencia con grandes cadenas comercializadoras dietéticas. Hacia el verano –concluye– queremos inaugurar un barcito con alimentos saludables de nuestra cocina y esperamos habilitar Tinku, en el segundo piso de Mixtura, con talleres y servicios terapéuticos alternativos, activando debates para dar la batalla cultural, la principal batalla por estos tiempos».
«El IMFC ha ido desarrollando un vínculo fructífero con la Cooperativa de Trabajo Combinación de Sabores y Saberes, constituida por jóvenes –expresó Pablo Tissera–. Desde sus inicios comenzamos a apoyarla a partir de nuestro programa de microcréditos; esta herramienta les permitió adquirir maquinarias e insumos para la producción alimenticia y la construcción. Representan una gran experiencia de gestión eficiente y democrática».