11 de abril de 2022
En Córdoba, un grupo de jóvenes profesionales gestiona una organización colectiva que brinda atención en salud sexual. Apoyo del Instituto Movilizador.
Sinergia. Asociadas de la entidad (abajo) junto a Pablo Tissera y Marta Gaitán (arriba).
En el barrio Alberdi de la ciudad de Córdoba funciona, desde 2013, el Consultorio de Salud Integral, una casona reciclada donde se brinda atención y cuidados en salud sexual, reproductiva y no reproductiva. La gestión del lugar está a cargo de un grupo de jóvenes profesionales asociadas en cooperativa. «Nos veníamos juntando desde 2012 en actividades que acompañan procesos de aborto seguro –cuenta Nadya Scherbovsky, asociada y médica de familia–. Nuestros acompañamientos desde siempre se basan en la comprensión, sin juzgar, haciendo sentir libertad, porque trabajamos por el derecho de las personas a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas».
El 1° de mayo de 2013 inauguraron el consultorio. Cecilia Gamboa, Belén Carcedo, Leila Lafi, asociadas, recuerdan que los inicios fueron arduos por los muchos requerimientos para adaptar la casona a centro de salud y lograr las habilitaciones correspondientes. Desde entonces se imparten asesorías en anticoncepción y cuidados en salud sexual y prácticas seguras de tratamiento de aborto incompleto (TAI), Interrupciones Legales de Embarazo (ILE) y, a partir de la Ley Nacional 27.610, la Interrupción Voluntaria de Embarazo (IVE), garantizando el acceso a tratamientos farmacológicos y aspiración manual endouterina (AMEU). Se realizan también consultas ginecológicas, controles, Papanicolau, asesorías en anticoncepción, y colocación y extracción de métodos anticonceptivos.
Por otra parte, el lugar es un centro de capacitación a efectores y equipos de salud que requieran ampliar conocimientos sobre el tratamiento integral del embarazo no deseado o no planificado. Ya se instruyeron 60 efectores de sector público y privado.
Lafi, licenciada en psicología, cuenta: «Los primeros años se enteraban de nuestra existencia de boca en boca, después también por las organizaciones de la Red de Profesionales de la Salud Por el Derecho a Decidir». Y da pormenores del circuito que activan apenas una mujer acude a este consultorio con dudas o la decisión tomada sobre interrumpir su embarazo. «La pandemia hizo que el primer contacto con nosotras sea telefónico y funciona, porque hablar de aborto es complejo, siempre resultó una práctica muy estigmatizada. Después indagamos sobre la salud personal y le informamos, si decide no continuar con el embarazo, los métodos seguros. Cuando define su situación, le damos un turno y comienzan los chequeos médicos; y una vez que se realiza la práctica, seguimos durante 15 días a la paciente y si está todo bien, termina el tratamiento».
Recientemente, la cooperativa se asoció al IMFC y recibió a Pablo Tissera, jefe de la filial cordobesa, y a Marta Gaitán, secretaria de Géneros del IMFC, con el fin de estrechar vínculos institucionales. «La Secretaría de Géneros del IMFC se enorgullece al recibir como asociada a esta cooperativa y de contar con el aporte sobre el camino que garantiza y amplía derechos de las mujeres y gestantes; pero, por sobre todo, fortalecer la prevención del embarazo no deseado y acompañar en el uso de métodos anticonceptivos y cuidados integrales de salud sexual», expresó Gaitán.
Mucho más que números
Algunas cifras sobre el acceso a ILE que dan cuenta del trabajo realizado por la cooperativa arrojan que, entre los años 2016 y 2020, se realizaron 5.007 procedimientos. En cuanto a métodos, 3.259 personas (65%) decidieron realizar tratamiento farmacológico y 1.748 optaron por AMEU (35%). Los datos arrojados por la Asesoría en Anticoncepción de esta cooperativa en el mismo período del año demuestran que de la totalidad de personas que accedieron a una ILE, 2.443 optaron por métodos anticonceptivos de larga duración (como el dispositivo intrauterino o el implante subdérmico), 1.348 usuarias prefirieron métodos de corta duración (pastillas anticonceptivas, parches, anillos vaginales) y 1.216 siguieron otras formas de cuidado.
Incorporar espacios para internación, realizar otras prácticas como la vasectomía, efectivizar convenios con obras sociales y ampliar la cobertura a otras localidades son los proyectos que esperan poder concretar en los próximos años.