21 de mayo de 2022
Daniel Casablanca
Cálido homenaje al recordado artista.
Compositor de tangos fundamentales, actor, autor y director de teatro y cine, Enrique Santos Discépolo se transformó en una figura mítica del arte argentino. Además de su innegable talento multifacético, fue un precursor en la defensa de los derechos de los artistas. Pero su adscripción al peronismo le granjeó el desdén de muchos, incluso de aquellos que lo admiraban. ¿Cómo sintetizar su vida y su obra sin ceñirse al mero compendio de cuadros biográficos? El actor Daniel Casablanca (integrante del grupo Los macocos) lo logra con su unipersonal Discepolín, fanático arlequín. Dirigido por Guadalupe Bervih, el actor recrea un encuentro cercano entre el personaje y su público. Se trata de una revisión de su proceso creativo y una mirada sobre la defensa de los sectores populares que marcó su obra. La pieza, que se puede apreciar en el Espacio Experimental Leónidas Barletta, se nutre de diferentes poéticas (la comedia del arte italiana, el grotesco criollo y la clownesca) que, sintetizadas en el cuerpo y la voz de Casablanca aseguran la diversión de los espectadores. La escenografía apela a una limitada cantidad de objetos, pero muy bien seleccionados porque grafican todo un universo que, acaso, se perdió. En el mismo sentido se orienta el diseño de iluminación, de corte expresionista. Hacia el final de la obra, el texto da cuenta de los últimos días de Discepolín y lo hace con una mirada enternecedora. Un buen cierre para este merecido homenaje.