16 de diciembre de 2024
Los Piojos
Estadio Único Diego Armando Maradona
Sábado 14 de diciembre
Ritual. Buira, el baterista histórico de la banda, y Ciro, cantante y líder, en la fecha inaugural.
Foto: Prensa/Ignacio Arnedo
Volvieron Los Piojos después de quince años. Tras el ritual en la cancha de River Plate, en 2009, la banda liderada por Ciro Martínez se había desactivado y parecía que hasta en eso iban a seguir el ejemplo de Los Redondos. Aun así, limaron asperezas, lanzaron un material en vivo de aquellas noches y a las pocas semanas comenzaron a vender las entradas de lo que serían dos Estadio Único Diego Armando Maradona (DAM), pero que terminaron siendo siete. A eso le sumaron la participación en el Cosquín Rock y el Quilmes Rock del año próximo. Van a ser, a priori, más de 350.000 piojosos en La Plata: esta semana la seguidilla continúa el 18, 21 y 22. La primera tanda se acomodó en la rambla de la avenida 32 cerca del mediodía del sábado y, a las 18.30, comenzaron a rumbear hacia la entrada. Una hora y media después, el DAM ya lucía cubierto. A las 21 la capacidad estaba agotada.
Tres amigos de Tres Arroyos, una familia de Claromecó, dos chicas de Neuquén, otra de Avellaneda y dos jóvenes de Florencio Varela fueron las primeras personas en entrar al campo en la jornada de la deseada vuelta. El pueblo piojoso se predisponía a dejar atrás el millar de heladeras que se habían desplegado sobre la rambla para hidratar la tarde ventosa, nublada y templada entre los puestos de comida, los vendedores ambulantes y algunos fuegos artificiales que se prendieron con algo de cautela. En medio de la marcha sobre esas rampas de gran diseño que tiene el estadio de La Plata, se podía ver una luna llena inmensa que generó un sinfín de selfies.
Podría haber sido «Esquina libertad», «Arco» o «María y José», pero Ciro eligió empezar con «Te diría». Los mal pensados dijeron que fue para que el cantante tuviera el primer protagonismo de la noche, pero la verdad es que la canción es una de las gemas de Ay ay ay (1994, el segundo disco) que no fue un hit masivo porque antes hubo otros. Y la primera parte del show, con diez temas en total girando en torno a sus primeros cuatro trabajos, dejaron en claro que Los Piojos fueron una de las bandas con más originalidad y empuje de la década de 1990. La lista fue de «Todo pasa» a «Babilonia», de «Tan solo» y «Maradó» a «Desde lejos no se ve».
Para ese tramo inaugural, la ansiedad de cuarenta mil piojosos estuvo saciada. Todo lo demás fue disfrute y repaso, además, de la discografía entera. En más de dos horas y media de recital estuvieron presentes, por ejemplos, de Verde paisaje del infierno (2000) los temas «Ruleta», «Luz de marfil» y «Vine hasta aquí»; de Máquina de sangre (2003), «Fantasma», «Como Alí» y «Sudestada», escrita por el fallecido guitarrista Tavo Kupinski y dedicada a él con fotos, videos y su familia arriba del escenario. También hubo algo de Civilización (2007) con «Bicho de ciudad». Algunas de estas canciones fueron las más festejadas por el público, como «Ruleta». Quizás porque en esos últimos discos Los Piojos reúnen a sus fans más jóvenes.
Las certezas del show estuvieron entre la entereza de Ciro como performer y vocalista, el toque personal de Dani Buira (el baterista, fundador de La Chilinga, que tocó con ellos hasta Azul), la originalidad y el vértigo de algunos de sus hits como «Maradó» y «Verano del 92» (que la tocaron con sus hijos arriba del escenario) y la puesta en escena para un show en 2024. Como en toda primera vez, hubo desajustes. El más problemático fue la dirección de cámaras de las pantallas del escenario, que no contó con planos generales ni un guion conciso para relatar el concierto desde los controles. Aun así, también sucedieron momentos simbólicos muy fuertes, casi invisibles ante la audiencia, como el de las hijas de Diego Armando Maradona haciendo pogo entre la gente mientras sonaba el mejor tema que le dedicaron a su padre en el rock argentino. Así y todo, las paredes de esta gran ciudad no se cayeron, hasta ahora: después de lo vivido el sábado y el domingo, faltan otros cinco rituales.