14 de agosto de 2024
La vida por delante
Magalí Etchebarne
Páginas de Espuma
120 páginas
Reconocimiento. La autora recibió el VIII Premio Ribera del Duero por estos relatos.
Foto: Prensa Etchebarne/Catalina Bartolomé
«Tenés para un buen tiempo, pero vas a estar bien. Tenés toda la vida por delante». Eso le dice una mujer a otra en uno de los cuatro cuentos que integran el nuevo libro de la escritora Magalí Etchebarne, por el que en marzo pasado ganó el VIII Premio Ribera del Duero, convirtiéndose en la tercera argentina en hacerse con el prestigioso galardón tras Samanta Schweblin y Marcelo Luján. Esta clásica frase de aliento que muchos habrán escuchado o incluso pronunciado alguna vez, no solo sirve para darle nombre a la obra, sino que de algún modo también refleja el tono con el que está escrita, alejado del sentimentalismo y más cercano al humor, sobre todo a la ironía, pese a tratar sobre los grandes dramas de la vida. Es que esa idea optimista, propia de los discursos de autoayuda, de que siempre se puede dar vuelta la página, es puesta en tensión, como entre comillas, por la escritora, quien pareciera retrucar y decir, citando la canción de El Mató a un Policía Motorizado, «no me digas que las cosas van a estar bien».
Los personajes de Etchebarne se encuentran, algunos a la deriva, otros estancados o, mejor dicho, estancadas, ya que las historias están protagonizadas por mujeres inmersas en situaciones conflictivas y dolorosas de las que no consiguen salir. En ese sentido, la cuentista que además se desempeña como editora, avanza por el camino que inició con su primera colección de relatos, Los mejores días (2017), una propuesta que explora el universo íntimo femenino a través de tópicos como la vejez, la enfermedad, la soledad, la memoria, el trabajo y los vínculos de pareja.
En «Piedras que usan las mujeres», el cuento que da comienzo a La vida por delante, el tema central es el paso del tiempo en una sociedad que rinde culto a la juventud y la belleza, especialmente femeninas. La narradora evoca recuerdos de infancia en torno a su madre y su círculo de amigas. A la par que rememora las charlas catárticas de estas señoras que van desde las infidelidades y abandonos de parte de sus maridos por mujeres más jóvenes hasta consejos para resistir los achaques de la edad, retrata escenas de un presente gris, en el que esa misma madre, ya en el ocaso de la vida, se halla postrada y con demencia senil.
El relato que sigue, «Un amor como el nuestro», toma como punto de partida una escapada a las Cataratas del Iguazú que hacen dos amigas: Leslie, una autora de bestsellers oriunda de Texas, y Julia, una correctora literaria algo retraída y workaholic que vive a pasos del Obelisco. Pero, en realidad, es otro viaje el que guía la historia: el que hace Julia hacia su propio pasado, marcado por un accidente cuya herida no logra cicatrizar. Al igual que en el cuento anterior, los flashbacks se entremezclan con un aquí y ahora agridulce en el que, referencia a Horacio Quiroga mediante, el paisaje misionero, luminoso y vital, puede devenir en el marco de una tragedia.
«Temporada de cenizas» también comienza con un viaje, el que emprenden la narradora y su hermana para cumplir con la última voluntad de su difunta madre: arrojar sus cenizas al mar. Este relato retoma varios personajes del primer cuento, y acaso ambos textos sean los más testimoniales. Como las protagonistas de la trama, Etchebarne y su hermana asistieron a su madre enferma hasta que falleció en septiembre de 2020, experiencia que la autora tomó como materia prima para escribir su segundo libro, Cómo cocinar un lobo (2023), un conjunto de poemas sobre la dolorosa pérdida de los seres amados.
El último relato, «Casi siempre desesperados», se adentra en las idas y venidas de Ramiro y Ana, o como lo llama ella, «la muerte lenta del amor», tras una década de relación donde los cortocircuitos se han vuelto la regla. Ana dice basta, en lo que podría leerse como un guiño al cuento «Escapada» de Alice Munro, pero pronto su idea de una existencia autosuficiente y plena se ve empañada por los fantasmas del pasado y las inquietudes del presente. La vida misma.