26 de diciembre de 2024
Cien años de soledad
Dirección: A. García López y L. Mora
Protagonistas: C. Cataño, M. Soto, S. Morales, M. Borja y R. Pasquarelli
Netflix
Esencia. En la ficción, Claudio Cataño interpreta al coronel Aureliano Buendía.
Desde su publicación en 1967, Cien años de soledad ha sido considerada una obra literaria monumental y, para muchos, «imposible de filmar». Con su narrativa compleja, llena de simbolismo, personajes multifacéticos y elementos de realismo mágico que desafían las convenciones narrativas, esta novela parecía resistirse a cualquier intento de adaptación audiovisual. Sin embargo, Netflix asumió el desafío con una producción que busca ser tan épica como la obra misma. Bajo la supervisión de Rodrigo y Gonzalo García Barcha, hijos de Gabriel García Márquez, la serie se mantiene fiel a las raíces del texto original.
La historia sigue las vivencias de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones, construyendo un mundo donde lo extraordinario convive con lo cotidiano. Todo comienza con la fundación de Macondo, un pueblo ficticio perdido en la selva. La gesta es encabezada por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, primos y esposos que desafían las advertencias sobre los peligros de la consanguinidad.
Macondo funciona como un microcosmos de la humanidad, un escenario donde se despliegan grandezas y miserias. Allí, la magia fluye de manera natural: hombres ascienden al cielo, lluvias de flores amarillas caen del firmamento y los fantasmas conviven con los vivos como si fueran parte del paisaje. Sin embargo, bajo esta atmósfera mágica subyace una profunda tragedia: los Buendía están marcados por un destino inexorable de soledad y olvido.
Las pasiones desbordadas, los amores imposibles, las guerras y las obsesiones los conducen a un ciclo recurrente de ruina. Para dar vida al mítico Macondo se utilizaron locaciones en pueblos colombianos como Alvarado (Tolima), La Guajira y Garranchal. Cada detalle del diseño de producción –desde la arquitectura de las casas hasta la exuberancia de la naturaleza– busca capturar la atmósfera fantástica y atemporal del pueblo que tan bien describía la novela.
La ficción está compuesta por 16 capítulos, divididos en dos partes iguales. Dirigida por el argentino Alex García López y la chilena Laura Mora, con guion de José Rivera, Natalia Santa, Camila Brugés, María Camila Arias y Albatros González, no solo narra la historia de los Buendía, sino que pone en primer plano el realismo mágico, ese estilo literario que mezcla lo sobrenatural con lo cotidiano de forma casi natural. El tratamiento visual combina una fotografía hipnótica, que alterna entre tonos cálidos y saturados, con efectos especiales diseñados para resaltar los momentos más significativos de la trama.
Una de las principales preocupaciones al adaptar la obra de García Márquez era cómo abordar las complejas genealogías de los Buendía a lo largo de un siglo. El equipo de guionistas optó por sintetizar algunos eventos mediante elipsis temporales y escenas fuera de campo, buscando mantener un ritmo ágil sin perder el impacto simbólico que caracteriza a la novela. A pesar de estas licencias narrativas, las relaciones complejas y los temas universales (el amor, la soledad, el incesto, la guerra, el poder) siguen presentes en cada capítulo.
El elenco está compuesto por un grupo de actores colombianos, aún poco conocidos a nivel internacional, que logran captar la esencia de los complejos personajes que interpretan. Claudio Cataño, Marleyda Soto, Susana Morales, Moreno Borja y Ruggero Pasquarelli, junto al resto del reparto, construyen un universo que orbita entre lo cotidiano y lo mítico.
Adaptar la complejidad y los matices de Cien años de soledad a los términos cinematográficos siempre fue un desafío que García Márquez rechazó. Sin embargo, al tratarse de una serie se abren otras posibilidades: se puede dedicar el tiempo necesario a desarrollar a los personajes, explorar los temas y dar vida a los elementos oníricos que sostienen la trama. Además, aprovecha las herramientas del lenguaje audiovisual para ofrecer una interpretación que dialoga con la novela y encuentra su lugar en este nuevo formato.
