9 de enero de 2025
La muerte silenciosa
Director: Sebastián Schindel
Intérpretes: J. Furriel, A. Awada, S. Villamil, V. Laplace, M. Marull y P. Contreras
País: Argentina
Patagonia. En la película protagonizada por Furriel, el paisaje se convierte en un personaje más.
La nueva película de Sebastián Schindel, director de Patrón, radiografía de un crimen, Crímenes de familia y La ira de Dios, se presenta como un thriller policial con giros narrativos propios del cine negro, sostenido por un elenco y un equipo técnico de renombre. Entre los colaboradores destacados figuran Guillermo Nieto (La luz incidente) en la dirección de fotografía, Rosario Suárez (Santa Evita) en el montaje, y Liliana Piekar (Los dos Papas) a cargo del vestuario.
La acción se desarrolla en la fría Patagonia de los años 80, un paisaje inhóspito y desolador que se convierte en un personaje más de la película. En este escenario, la economía gira en torno a una controvertida actividad: la caza guiada para extranjeros. Este contexto sirve como marco para un microcosmos cargado de tensiones donde la violencia subyace en cada interacción.
Los adolescentes del pueblo (interpretados por Gonzalo Garrido y Ramiro Pintor) encuentran en una pistola de origen nazi un símbolo de poder. Este objeto, cargado de simbolismo histórico, es el detonante de un conflicto que culmina en la muerte de Sofía (Sol Wainer), la sobrina de Octavio (Joaquín Furriel). A partir de este suceso, la trama se sumerge en una compleja intriga policial, donde reconstruir los eventos de aquella fatídica noche se vuelve esencial para desentrañar los secretos del pasado.
Schindel vuelve a confiar en Furriel, su actor fetiche, para encabezar una historia que mezcla la estructura clásica del género policial con un trasfondo mucho más profundo. Escrito por Matías Luchesi (director de Ciencias naturales y Las rojas), el guion combina elementos del cine negro con una atmósfera cargada de las tensiones sociales del período postdictadura. Aunque no se especifica con claridad una fecha exacta, el film evoca un tiempo marcado por el miedo, el silencio y las heridas no cerradas de un país que intenta comprender su propia historia.
En esta trama, los personajes se enfrentan a dilemas morales complejos, y las relaciones y los peligros se desarrollan con la misma intensidad que los vientos de la Patagonia. Las interacciones están teñidas de desconfianza, y las lealtades se transforman en amenazas con una facilidad inquietante.
La fotografía de Guillermo Nieto convierte al paisaje nevado en una extensión del estado emocional de los personajes. Los tonos fríos y la iluminación tenue refuerzan la sensación de aislamiento y misterio. Por su parte, el montaje de Rosario Suárez mantiene un ritmo tenso, permitiendo que los giros inesperados y las revelaciones mantengan el relato siempre en movimiento.
La película combina una producción de calidad internacional con un guion sólido, aunque no exento de problemas. Algunos momentos resultan poco verosímiles, sobre todo en el desarrollo de ciertas acciones que requieren de una mayor elaboración. Sin embargo, estas fallas se ven compensadas por las vueltas de tuerca bien ejecutadas y un desenlace que invita a la reflexión sobre la memoria.
La muerte silenciosa se posiciona como uno de los estrenos locales más fuertes en el comienzo del año, confirmando el talento de Schindel para combinar entretenimiento y profundidad temática. A través de una historia oscura, el director entrega no solo un thriller correcto, sino también el espejo de un tiempo y lugar cargados de dolor y silencio.
