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Artista de variedades

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Itinerantes. La obra de Katz, Los fabulosos Singer, recrea el mundo del varieté. (Gringauz)

El talentoso clown, director, autor y maestro Marcelo Katz es, definitivamente, un animal de teatro. Sin embargo, había permanecido siete años detrás de escena, dedicado a otras tareas artísticas. En 2012 había resurgido con el unipersonal Top, top, top. Esta temporada regresa como actor de Los fabulosos Singer, los sábados y domingos en el Centro Cultural de la Cooperación. La obra, escrita por él junto con Marcos Arano y Martín Joab (a su vez director de la puesta) permite ver a Katz encarnando a un artista de variedades sobre las tablas. Además, una de las actrices es Julia Katz, su hija de 12 años, que participa de las funciones de los domingos, en tanto que los sábados Carolina Saade ocupa el mismo papel.
«Se trata de una familia, compuesta por dos hermanos y la hija de uno de ellos, de 13 años, que fue abandonada por su mamá, cuando la bebé tenía 4 meses», sintetiza sobre la historia que se cuenta en el espectáculo. «Todos son artistas de varieté, a fines de los 50. Son figuras de medio pelo, que viajan por pequeños pueblos. Es una historia divertida pero turbia. En la noche de la función, desde los camarines, los hermanos creen reconocer entre el público a la madre de la niña, y sospechan que ha venido a buscarla. Por eso deciden abandonar la función y escapar por una ventana. Así, la oscuridad y la ternura se cruzan. Hay un padre un poco bestia, nada prototípico, seco, duro, pero para él su hija es lo más importante».
La creación tiene sus secretos, sus razones, sus caprichos. Y para imaginar este argumento, los autores hurgaron, en parte, en sus biografías. «Algunos de los que integramos el equipo nos dedicamos al clown. Por eso, para nosotros, nuestros antecesores provienen de ese mundo de artistas de variedades y de cómicos: es un género que nos toca de cerca. Nos gustaba hacerle una suerte de homenaje», subraya. En este punto, cabe pensar sobre la vigencia o caducidad de la estética de los clowns y los cómicos. Para Katz, «los espectáculos de variedades se han replegado mucho; la televisión y el cine han pasado muy por arriba. Hoy quedan algunos cómicos, circos y músicos que viajan haciendo sus cosas, pero en general el varieté corresponde a otro tiempo. Asimismo, hay clowns más nostálgicos del pasado y otros que buscan otras tecnologías, otras lecturas, otras maneras de ver el humor, que se va transformando según su inserción en el tiempo presente».
Ese contacto con la actualidad, con el público, es uno de los condimentos de Los fabulosos Singer, con Katz como actor, sobre lo que él mismo reflexiona. «Para dirigir y para enseñar, volver al escenario es fundamental porque, si no, te vas olvidando y te quedás en lo abstracto y teórico», remarca. «Pero cuando entendés de qué se trata el ritmo, la escucha, las dificultades, la tensión y la atención, al transmitir todo esto como director y como maestro, si lo estás pasando por el propio cuerpo, se logra una comunicación más profunda para llegar al otro».

A. M.

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