Cultura | LA SITUACIÓN DEL INSTITUTO DEL TEATRO

Autonomía en riesgo

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Ezequiel Obregón

A partir de un decreto presidencial, el Gobierno pretende modificar y limitar el funcionamiento del Instituto Nacional del Teatro. Las razones de la resistencia del sector.

Policía en escena. El abrazo simbólico al edificio del Instituto, ante la mirada de los uniformados.

Foto: Verónica Bellomo

Pasaron 28 años desde que se sancionó la Ley 24.800, responsable de la creación del Instituto Nacional del Teatro (INT), organismo cuyo objetivo principal es fomentar y sostener la actividad escénica en todo el territorio argentino, con equilibrio regional en la toma de decisiones y alcance efectivo en cada provincia. El pasado jueves 22 de mayo, el vocero presidencial Manuel Adorni dio a conocer el decreto 345 del Poder Ejecutivo, cuya finalidad es modificar su funcionamiento. El anuncio del Gobierno nacional puso en estado de alerta a la comunidad artística y las manifestaciones de rechazo no tardaron en llegar, primero en las redes sociales y, posteriormente, mediante un abrazo simbólico al edificio donde funciona el Instituto, el domingo 1 de junio.

Presidente de la Asociación Argentina de Actores, Luis Rivera López enfatiza la importancia de la autonomía del INT, ahora puesta en riesgo. «Es una de las claves de la Ley 24.800, esto significa que el Instituto no depende de la Secretaría o el Ministerio de Cultura del Gobierno de turno», afirma. Y amplía: «Es autárquico, funciona independientemente de las políticas generales de la Secretaría de Cultura. Por supuesto que tiene un representante del Ejecutivo, que es el presidente del Consejo de Dirección, pero ese Consejo es el que realmente gobierna y fija las políticas del INT».

Por su naturaleza autónoma, se mantiene al margen de las elecciones nacionales. «Se arma mediante concursos, jurados y representantes de cada una de las provincias», señala Rivera López. «Por eso se dice que es un organismo tan federal. Y también hay otros representantes que se llaman del “quehacer teatral nacional”, también elegidos por concurso. La pérdida de la autonomía implicaría que se transforme un Instituto cuyo funcionamiento autárquico se fue mejorando muchísimo en más de 25 años. Y no sabemos cómo se van a elegir los proyectos, no hay ninguna alternativa que hayan planteado a la derogación de todos estos artículos de la ley», sostiene.


Voces críticas
Desde su creación, el Instituto contó con varios directores; el primero de ellos fue el recordado actor y gestor cultural Lito Cruz. Acción dialogó con Marcelo Allasino, director durante el periodo 2015-2020, que describe la relevancia del INT. «El teatro independiente necesita un Estado que entienda las particularidades territoriales. Sin esa presencia estatal, muchos de esos procesos se verán interrumpidos, debilitando no solo la producción teatral, sino también la vida comunitaria, la memoria colectiva y el empleo cultural en todo el país», considera.

A partir de su experiencia, reconoce que el Instituto necesita modificaciones, pero que no responden a los criterios del actual Gobierno. «La palabra “optimización”, utilizada por el actual Gobierno nacional, se convierte en una excusa para desmantelar una política de Estado muy valiosa e innovadora, y que es faro en la región iberoamericana. Claro que hay cosas que deben revisarse: el organismo necesita mejores mecanismos de evaluación, actualización normativa y revisión de procedimientos administrativos. Pero eso debe hacerse desde el fortalecimiento institucional, no desde su vaciamiento», reflexiona.

Frente al descontento generalizado del sector, Rivera López considera varias acciones para que el decreto no se haga efectivo: «Deroga aproximadamente el 70% de los artículos de la Ley 24.800, dejando solamente la cáscara, el nombre, porque la Ley Bases le impide desarticular el INT, sino probablemente lo hubieran hecho. Entonces, derogados todos estos artículos, lo que queda es un plan de lucha que tiene tres patas. Una es judicial, mediante los amparos que se puedan presentar. La pata legislativa es otra, porque el decreto tiene que ser aprobado por la Comisión bicameral, lo cual probablemente suceda porque todos los decretos están siendo aprobados casi automáticamente. Pero una vez pasado eso, existe la opción de que se tenga que tratar el rechazo al decreto sobre tablas y ahí cada uno de los diputados va a tener que levantar la mano para derogar el Instituto Nacional del Teatro que fue votado, en su momento, por unanimidad. La tercera, obviamente, es la movilización, como está pasando en muchas áreas de la política, del país. El abrazo al INT resultó multitudinario, con la presencia de prestigiosas figuras del teatro nacional y que tristemente terminó, como suele pasar, con la presencia de la policía y el miedo volando por el aire. Esto va a seguir, seguramente, porque de esa manera se consiguió la sanción de la ley y la conseguiremos de nuevo, aunque haya que luchar para eso», concluye.

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