Afectado por una enfermedad del sistema nervioso, uno de los más grandes guitarristas de todos los tiempos podría retirarse de los escenarios. Un álbum de estudio y otro en vivo que acaba de editarse muestran que el músico británico aún no se rinde.
10 de noviembre de 2016
(Foto: Isaac/LNP/Rex Shutterstock/Dachary)
Dios tiene dos manos. Una supo prestársela a un pibe de Villa Fiorito para que convirtiera un gol mágico que los argentinos jamás olvidarán. Otra se la ofreció a un muchacho de Surrey, Inglaterra, para que deleitara a millones de personas de todo el mundo con los sonidos que arranca a su guitarra, desde que quedaron registrados por primera vez en el álbum debut de The Yardbirds en 1964, cuando solo contaba con 19 años.
Ahora, ya con 71 y afectado por una enfermedad del sistema nervioso periférico que le está impidiendo tocar, Eric Clapton se ha propuesto no deponer las armas sin luchar. Acaba de lanzar al mercado el CD/DVD Live in San Diego, con su amigo JJ Cale (fallecido en 2013) como invitado especial: un álbum registrado en vivo en marzo de 2007, cuando estaban promocionando su trabajo a dúo The road to Escondido. Cale aparece en 6 de las 16 pistas del disco.
Pero además de esta novedad, Clapton ha venido trabajando con intensidad este año, quizá ante la penosa perspectiva de que tenga que dejar de tocar definitivamente. En junio pasado, Slowhand –Manolenta, como lo llaman sus fans–, lanzó su último disco solista, I still do (Todavía lo hago). Durante la grabación coincidió en el estudio con sus amigos Jagger y Richards y no se privó de participar en algunos temas del nuevo disco de los Rolling Stones, que saldrá en los primeros días de diciembre, en el que versionan blues clásicos como en sus comienzos. «Clapton se dejó caer para un par de sesiones. Nos lo pasamos genial grabando. Fue como en los viejos tiempos, en Richmond», declaró Richards, aludiendo al club de Londres donde los Stones solían compartir escenario con los Yardbirds.
Dolor
El pasado mes de junio, al tiempo que se anunciaba su nuevo álbum solista, una noticia revolucionó los medios: Clapton había revelado públicamente que sufre una enfermedad neurológica y que probablemente deberá dejar la guitarra en poco tiempo. «Todavía puedo tocar, pero es una ardua labor», se sinceró ante la revista Classic Rock. «He tenido mucho dolor a lo largo del último año. Empezó como algo menor, en la espalda, y se transformó en lo que llaman neuropatía periférica. Es difícil tocar la guitarra así, y he tenido que aceptar el hecho de que no va a mejorar».
Ya desde sus primeros años como músico –en Yardbirds, los Bluesbrakers de John Mayall, Cream, Derek and the Dominos–, demostró ser un guitarrista extraordinario. Con el tiempo comenzó una vertiginosa carrera solista, que abarca 30 títulos. El británico aparece en el segundo lugar en la lista de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos elaborada por la revista Rolling Stone, solo por debajo de Jimi Hendrix.
En los años 70 y 80 Clapton estuvo sumergido en un infierno de alcohol y drogas –heroína y cocaína– del que a duras penas pudo escapar gracias a la ayuda de amigos como Pete Townshend y Steve Winwood y su pareja Pattie Boyd, la ex de George Harrison. A principios de los 90 lo golpearon dos tragedias: su amigo Steve Ray Vaughan, con quien estaba de gira, murió en un accidente de helicóptero; y seis meses después, el hijo que tenían con Boyd, Connor, de 4 años, cayó desde lo alto de un rascacielos en Manhattan. Después de un período de profunda depresión, siguió adelante con su carrera. Podría decirse, sin dudar, que a Slowhand lo salvó la música.
Ahora, afectado físicamente por esta patología que altera la sensación de dolor, con lo cual puede tanto bloquearlo como exacerbarlo, I still do podría ser el último álbum de estudio que haya grabado. «Soy un mensajero –dijo hace dos años a la revista Rolling Stone–. Esa fue mi vocación la mayor parte de mi vida, decirle a la gente: “Mira, esto me conmovió, tal vez a ti también te guste”». Y uno podría responderle: «Retirate tranquilo Eric, el mensaje fue recibido».