15 de julio de 2022
En estas vacaciones de invierno, la cartelera destinada al público más pequeño propone abundantes dosis de color, diversión, juego y aprendizaje.
Calidad. Cuando el viento ruge, La que tiene coronita y Un hipo desafinado, la cartelera para las infancias del Centro Cultural de la Cooperación. (Fotos: Prensa)
El teatro para las infancias está celebrando las primeras vacaciones de invierno a pleno, luego de dos años de pandemia. Estrenos por aquí y por allá, los artistas no dejan de presentar obras destinados a las niñas y los niños. Sobre la avenida Corrientes, el Centro Cultural de la Cooperación abre sus puertas a todas y todos con obras de calidad como La que tiene coronita, Un hipo desafinado y Cuando el viento ruge. Hablamos con sus creadores para conocer detalles de cada propuesta, que encuentran en los títeres un denominador común.
La autora Silvina Reinaudi y el director Marcelo Albamonte plantean en La que tiene coronita un desafío poético para los más chiquitos. Con austeridad y elementos sencillos, manipulan en la escena muñecos dibujados y pintados con lápices de colores. «Nos propusimos que todo fuera de cartón y papel, incluso el vestuario de los personajes. Las máscaras son planas, al igual que los muñecos y la utilería, desplegables como simplísimos biombos», cuenta Reinaudi. «Hay reminiscencia de juegos infantiles como las “mariquitas” para vestir, que se recortaban de revistas. O las rondas infantiles populares como primera frase musical en cada una de las canciones», agrega.
Para la escritora, «la idea de quedarnos con lo sencillo e indispensable obliga a los artistas a convertirse en virtuosos y al público a extremar su imaginación. También la presencia de la narradora con su libro, por momentos solo se escucha el sonido de las palabras haciendo de nexo entre las ilustraciones como sucede al leer un libro de cuentos».
Máscaras y títeres, con música del talentosísimo Carlos Gianni, convergen para que la platea disfrute un cuento infantil tradicional pero no tanto. La princesa Hildegarda tiene un terrible dolor de cabeza. Pirincho, un joven muy humilde del reino que está secretamente enamorado de ella, le fabrica una corona con aquello que tiene a mano. Porque para la ideología de este bonito espectáculo, «menos es más». Interesantísimos trabajos de los actores. De martes a domingos a las 16, La que tiene coronita sube al escenario de la Sala Pugliese.
Trabajo grupal
Subiendo un piso, en la Sala Tuñón, la Compañía El Nudo presenta Un hipo desafinado, obra también destinada al público desde los 0 a los 7 años. Con un lenguaje simple, un ritmo y una duración acorde, juego y humor, se utilizan títeres coloridos y de texturas blandas. A esto se suman los efectos sonoros y las canciones. «Es nuestro mayor anhelo fundar espectadores, que las niñas y niños que nos visitan tengan una excelente experiencia en el teatro y quieran volver», afirman los intérpretes. Esta tercera pieza de la Compañía El Nudo es fruto del trabajo grupal.
El título explota la homonimia de «hipo», como apócope de hipopótamo y de Hipólito, nombre del protagonista, y el hipo que lo abruma cada vez que quiere cantar. El mismo juego se da con el pato Patricio («Pato»), que debe vencer su timidez. Ambos logran superar su problema con la ayuda de sus amigos. La obra maravilla a las pequeñas y los pequeños con buenas dosis de humor, malentendidos, equívocos y rimas graciosas.
Para los que ya son más grandes, Cuando el viento ruge propone la leyenda de Hormiga Blanca. En la Patagonia argentina, ella y un joven guerrero irán encontrando su destino en armonía con la naturaleza y guiados por el saber ancestral de su pueblo. La técnica utilizada en la pieza creada y dirigida por Juan Manuel Benbassat es la de la marioneta de varilla o pupi italiano. La historia es una revisión de aquella leyenda con una mirada actual sobre la despatriarcalización. Belleza, color y grandes titiriteros para presentar a estos muñecos tan antiguos y tradicionales en la Sala Tuñón.