30 de junio de 2021
El quinteto encabezado por el pianista y compositor presenta un disco que gira alrededor de «Por», una de las piezas salientes del clásico Artaud.
Identidad. Para Schissi el tango «es un punto de partida y, a veces, de regreso». (Diego Martínez)
Hacia el 2016, Diego Schissi y su Quinteto tenían entre manos un diamante y una pieza de caoba lista para pulir y tallar. El primero era su disco Timba, celebrado aquí y allá. La segunda, una obra nueva a partir de «Por» de Luis Alberto Spinetta, incluida en su celebrado Artaud. Pues bien, la hiperactividad del grupo hizo postergar esto último, dado que más tarde editaron Tanguera, inspirado en la música de Mariano Mores. Pero las versiones alrededor de aquel clásico se templaron, hasta que en una sola jornada de 2019 registraron el material.
«Surgió la posibilidad de ver a “Por” como una fuente de títulos. Y con ese juego se generaron varias ideas musicales», cuenta Schissi. Así entonces, eligieron 20 de las 47 palabras que forman la letra escrita por Spinetta junto a Patricia Salazar, su esposa en aquel momento, para bautizar sus propias composiciones. El resultado se puede escuchar en Te. «Obviamente en el proceso apareció la cosa de traerlo, de conjurar a Spinetta. Lo nuestro no se relaciona estrictamente con su universo, pero es uno de nuestros padres musicales. Son esas cosas que te marcan ya de chico, tan potente es lo que hizo. Y en los músicos, además, dejó una huella de cómo serlo desde este lugar del planeta: hay una ética allí», agrega.
El proyecto adquirió su propia consistencia a medida que se desarrollaba. «¡Vivimos en un océano azaroso! Hacemos enormes esfuerzos por ordenar eso, pero a la vez siento que el espacio creativo anida allí, en ese caos. Ahora bien, vincular toda una obra con una sola canción es algo tremendamente relacional. No tiene nada de azaroso», señala.
Milagro argentino
El Quinteto lleva poco más de una década de existencia. Y conserva su formación original: además del propio Schissi al piano, están Santiago Segret (bandoneón), Guillermo Rubino (violín), Juan Pablo Navarro (contrabajo) e Ismael Grossman (guitarra). La discografía del grupo se completa con Tongos (2010), Tipas y tipos (2012) y Hermanos (2014). «A mí me sostiene el grupo», explica. «Casi todas las decisiones son colectivas y eso se nota. Pasa algo cuando lo grupal funciona: se producen milagros, ocurren cosas que no podés creer. Una dimensión que excede a cualquier previsión y que te lleva a lugares nuevos», completa.
La formación de quinteto es, vale decir, casi la predilecta en el dos por cuatro. «Sabemos que permanentemente entramos y salimos del tango, sobre todo desde la tímbrica, los instrumentos. Y esa vehemencia a veces tiene acentos desmesurados y a veces es de una delicadeza tremenda. Circulamos por esos parámetros, a veces más elípticamente, otras nos vamos a otro lado», dice. Y agrega: «Somos un grupo de composiciones, no de género. El tango es un punto de partida y, a veces, de regreso».
Te es un disco largo, denso. Poderoso, aunque encuentra sus pasajes calmos. Muy tanguero por momentos: quizás «Rey» sea el clímax de ello. Pero también contiene un caudal de música nueva, cosmopolita, contemporánea, de una belleza rara, encendida. «La música tiene que hablar por sí sola, fijate en Piazzolla: su obra podría haber salido solamente de acá. A su manera, lo mismo hicieron Yupanqui y tantos otros».
En estos días, el pianista y compositor es uno de los exponentes fundamentales de la música popular argentina. Con esta veintena de canciones que presenta al frente del Quinteto, demuestra que se puede tomar la tradición con una actitud insolente. No el tango como dogma, más sí como mar de posibilidades: Schissi y compañía están parados allí. Y su disco Te es un milagro que se puede escuchar, también, como un homenaje.